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El aikido, un arte no violento para la defensa

Mikel Fernández explica a Cercle las ventajas de su práctica || Desde 2019
imparte talleres para que las mujeres aprendan a evitar una agresión

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Transformar las técnicas marciales en un vehículo de pureza, de bondad y de belleza” es una de las máximas del aikido, un budo moderno creado a principios del siglo XX por el japonés Morihei Ueshiba, quien lo denominó el Arte de la Paz. Se trata de una variante en la que no sólo es importante trabajar los aspectos físicos y las técnicas marciales, sino que sus beneficios se extienden al nivel mental mediante la educación de la conciencia, la sensibilidad, el respeto, la intuición y la acción.

Esta filosofía sedujo desde el principio a Mikel Fernández, un leridano de 61 años que trabaja en un concesionario de automóviles. Venía de la práctica del kárate y, en 1988, entró en contacto con el aikido. “Sus ideas y conceptos, que se aplican en toda la actividad humana en la que el conflicto está presente, me convencieron en el instante ya que en ellas vi el camino para conservarme en plenitud, tanto física como mentalmente, a lo largo de toda la vida”, asegura.

Desde entonces ha llovido mucho y el sensei Mikel, tercer dan Fukushidon, ya que es maestro e instructor oficial, ha practicado este arte con diferentes maestros como Adrià Buñuel, con quien empezó a ejercitarse en su centro de La Bordeta de Lleida, o el sensei Santos Nalda, pionero del aikido en Aragón.

A través de sus años de práctica, este miembro del Club Aikido Lleida desde que se fundó, vio la necesidad que existía de transmitir sus virtudes a toda la población y “empecé con unas clases en la localidad de Almacelles. Desde entonces no he parado de organizar sesiones en diferentes pueblos de Lleida, como Alcoletge o Albatàrrec, y ofrecer mis enseñanzas a diversas organizaciones”, explica.

Una de las preocupaciones del sensei Mikel es la violencia contra la mujer. “Fue a raíz de una clase impartida en un grupo de mujeres maltratadas, a través de la Cruz Roja, que entendí que el aikido es un arte marcial que puede serles de gran utilidad. A través de la respiración, el movimiento y la concentración, que son sus grandes pilares, conseguimos la energía, la confianza y la seguridad que ayudan a repeler una agresión,” explica.

“El aikido, que no está considerado como una técnica de defensa personal propiamente dicha, resulta enormemente beneficiosa para los niños y niñas que lo practican”, afirma el tercer dan, “ya que mejora su flexibilidad, aumenta su concentración, desarrolla el equilibrio tanto físico como psicológico y reafirma la confianza en sí mismos, al tiempo que trabaja capacidades tan importantes para su futuro como son la disciplina, la generosidad, la honestidad, la humildad y el respeto. Tanto es así que, por poner un ejemplo, si un alumno deja las zapatillas desordenadas antes de entrar en el tatami, por muy bien que ejecute los ejercicios, obtendrá un suspenso”, advierte Mikel.

LOS DATOS

LAS FASES DE UNA CLASE

1. Práctica respiratoria

2. Entrenamiento por parejas

3. Relajación

BENEFICIOS DEL AIKIDO

Autocontrol

Concentración

Confianza

Cooperación

Coordinación

Disciplina

Generosidad

Honestidad

Humildad

Respeto                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  

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