José Cano, el futbolista rebelde
Canito jugó como cedido una sola temporada en el Lleida, suficiente para catapultarlo a la Primera División con el Espanyol || Su carácter le impidió ser una estrella total
Canito (Llavorsí, 1956-La Pobla de Montornès, 2000) pertenece, por desgracia, a esa demasiado larga lista de futbolistas que teniéndolo todo para triunfar como estrella inimitable se quedaron por el camino lastrados por su carácter, poca disciplina y sus adicciones. José Cano Canito es uno de esos casos.
Ahora pueden ver su historia en el documental que emite Movistar bajo el título El ídolo rebelde, pero no deben olvidar que, porque en el documental prácticamente se obvia, que este jugador, que se enfundó las camisetas del Espanyol, Cádiz, Betis, Barça, Zaragoza y Os Belenenses, tuvo, como trampolín, a la Unión Deportiva Lérida (todavía no había normalizado su nombre), donde jugó como cedido por los pericos la temporada 75-76.
Como compañeros tuvo a jugadores ilustres con la camiseta azul como Jaimejuán, Buján, Tanco, Tofol Ismael, Reig, Cortés, Tarrés, Pascual, Llorente y Andrés Escolá. Como entrenador estaba Juanito Vázquez, con el que nunca se llevó bien hasta el punto que lo echó del equipo y lo devolvió a Sarrià, pero el Espanyol lo remitió de nuevo a Lleida y Jordi Solsona, que se había hecho cargo del equipo tras la marcha de Vázquez, recondujo a la situación y Canito se convirtió en la estrella del equipo que rozó el ascenso a la Segunda División, acabando quinto (subieron Levante y Huesca) aunque volviendo a llenar las gradas del antiguo Camp d’Esports.
Su gran campaña en el Lleida le hizo debutar en la temporada siguiente en el Espanyol en Primera (de hecho militaría en tres etapas distintas) cambiando de equipos casi continuamente (Cádiz, Betis, Zaragoza, Os Belenenses) y Barcelona, que pagó por él 40 millones, donde con Helenio Herrera en el banquillo tuvo como compañeros a Quini, Artola, Schuster, Alexanko, Migueli o Simonsen, ganando una Copa del Rey.
Su buen juego le llevó incluso a vestir la camiseta española con Ladislao Kubala de seleccionador. Sus adicciones le llevaron a vivir el lado más oscuro de la vida. Sin trabajo fijo, ayudado por sus amigos, falleció a los 44 años.