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El sueño más deseado

Balaguer se convirtió, en 1971, en la primera localidad leridana con un pabellón cubierto || Con TVE en directo, la selección española de baloncesto fue la gran protagonista

Andrés Viola, alcalde de Balaguer; Joaquín Viola, procurador en Cortes; Aparicio Calvo Rubio, gobernador civil; Juan Gich, delegado de Deportes, y Anselmo López, presidente de la Española, en la inauguración del pabellón.

El sueño más deseadoIEI /FONS GÓMEZ VIDAL

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Hoy, precisamente hoy, 30 de abril, se cumplen 52 años del estreno, en Balaguer, del primer pabellón cubierto en Lleida. Con un presupuesto de más de diez millones de pesetas, la capital de la Noguera acaparó el protagonismo el año 1971 con un torneo triangular de baloncesto, y con las cámaras de TVE en directo, en el cual tomaron parte la selección española de Antonio Díaz Miguel, que venía de quedar quinta en el Europeo de Nápoles –ahora puede parecer poca cosa, pero era la mejor clasificación del baloncesto español en toda su historia– enfrentándose al San Lorenzo de Almagro, al OKK de Belgrado y al Gillette All-Star de los Estados Unidos.

El torneo llevaba el nombre de Joaquín Viola Sauret, nacido en Balaguer, y uno de los hombres fuertes del régimen franquista de la época, como procurador en las Cortes y consejero del Reino, que resultó ser una pieza clave a la hora de mover los hilos adecuados para la construcción del pabellón en Balaguer que pocas semanas después acogió una exhibición de los míticos Harlem Globetrotters.

España se adjudicó el torneo ganando sus dos partidos (113-83 a los americanos en la final) con una selección de il· lustres con jugadores como Emiliao, Buscató, Luyk, Santillana, los hermanos Sagi Vela, Margall, Brabender, Rullán, Vicente Ramos, Martínez Arroyo y Juan Arroyo.

El pabellón fue calificado como uno de los mejores de Cataluña y su parquet, el más completo del momento. Hay bastante con recordar que durante tres días Balaguer se convirtió en la capital del baloncesto español y que Lleida ciudad, para que se hagan una idea, no tuvo el suyo, el Onze de Setembre, hasta trece años después, en 1984, con Antoni Siurana de alcalde.

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