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Juan Diego, el amigo de Lleida

El actor sevillano era uno asiduo de la Muestra de Cine Latinoamericano con presencia en el escenario el
2002, 2010 y 2012 || Su última visita, en el homenaje del certamen a Jordi Dauder

Juan Diego, en la Llotja con motivo de la Muestra del 2010, al lado de la directora Claudia Llosa y el responsable del certamen, Juan Ferrer.

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Ahora que está en cartelera el trabajo póstumo de Juan Diego (ver el desglose), no está de más recordar que el actor sevillano (Bormujos, 1942), que murió en Madrid en el 2022, a los 79 años de edad, fue una de las figuras habituales en las sucesivas ediciones de

la Muestra de Cine Latinoamericano de Lleida con destacada presencia en las ediciones del 2002, 2010 y 2012. En la primera, todavía en el escenario del Teatro Principal, recogió el Premio Especial del certamen, a la vez que presentaba película. En el 2010 recibió en la ceremonia de clausura, ya en la Llotja, el premio Reconocimiento a su trayectoria profesional, en la edición en que en la gala inaugural recibieron el Premio de Honor Ernesto Alterio e Icíar Bollaín.

Dando vida a Franco en Dragon Rapide (Jaime Camino, 1986).

Su última presencia en Lleida fue en el 2012 con motivo del homenaje que el festival tributó a Jordi Dauder, otra figura clave de la Muestra, muerte en el 2011, con el estreno del documental Jordi Dauder, la revolución pendiente, dirigida por Antoni Verdaguer, en una entrevista rodada en el domicilio del actor, ya enfermo, y en el cual se repasa, junto con testimonios de amigos y compañeros de profesión, su trayectoria vital, como a actor y como a activista cultural y político. Juan Diego, íntimo amigo de Dauder, con quién compartía la misma ideología política, no quiso perderse el homenaje.

Como Antonio, el “señorito” de Los santos inocentes (Mario Camus, 1984).

De hecho, fue el mismo Dauder quien lo trajo a Lleida desde Barcelona cuando en el Libre interpretaba El lector miedo horas de Sanchis Sinisterra, y, desde entonces, siempre que sus compromisos profesionales se lo permitían, se escapaba para hacer acto de presencia en la Muestra, de la cual siempre aseguró que le gustaba por un detalle que no tenían otros festivales, de más renombre y presupuesto: su proximidad.

En El rey pasmado (Imanol Uribe, 1991) fue Villaescusa, el fanático capuchino.

Cartel de su película póstuma, Historias, estrenada dos años después de su muerte.

Actor camaleónico, curiosamente llegó a su máxima popularidad en una serie televisiva de Antena 3, Los hombres de Paco, en qué daba vida a Don Lorenzo, el comisario jefe del resto de protagonistas, Pepón Nieto, Paco Tous y Hugo Silva. ¡Todavía se recuerda la anécdota, en un pub de Lleida, cuándo unos policías, fuera de servicio, claro!, se le cuadraron y le presentaron novedades. Pero en el cine dejó huella por encarnar a personajes complejos como el fraile Villaescusa en El rey pasmado; Antonio, el desquiciado asesino de El séptimo día; el señorito extremeño de Los santos inocentes;

el general Alfonso Armada, en 23-F: La película, o el mismísimo Francisco Franco en Dragon Rapide, en los preparativos del golpe de Estado de 1936. Siempre aseguraba que para un actor de izquierdas le era más fácil meterse en el papel de un personaje de derechas que al revés, “porque los hemos padecido” aseguraba.

Al lado de Pepón Nieto y Paco Tous, como Don Lorenzo a Los hombres de Paco.

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