Cuando el cine estaba al lado
Entre Carrer Cavallers, Blondel, Sant Antoni, Ferran y Ramón y Cajal llegaron a funcionar hasta
siete salas || A lo largo de los 80 y 90, Lleida perdió todos sus locales más emblemáticos
Ahora que vuelve a hablarse de que los multicines Lauren, en Cappont, podrían reabrir y que algo habría que hacer con el Principal, en la plaza Paeria, cerrado desde la pandemia, no estaría de más recordar que desde los años 50 hasta los 80, Lleida también tuvo su Gran Vía particular comparándola con la de Madrid (o incluso con el Paral·lel barcelonés) cuando ahora mismo solo existe, en Lleida ciudad, las salas del Screenbox Lleida (2001, aunque inicialmente se llamó Espai Funatic) y, más allá, las salas del JCA Alpicat que abrieron en el 2007).
La segunda generación
los Lumière, Xenon, los
nuevos Rambla y Lauren, que
tampoco existen ya
En esa época, ir al cine formaba parte de todo un ritual: mirar la cartelera de las siete salas existentes con más de cinco mil butacas disponibles, escoger la película adecuada, comprar presencialmente la entrada con antelación, por si acaso, y hacer hora en los bares y cafeterías más próximos. La Gran Vía leridana tenía una forma de cruz con Ferran y Rambla Catalunya en los extremos y Cavallers y Blondel a los brazos.
Con el carrer Major como arteria principal, los leridanos podían escoger ir al Fémina (1943-1984), Viñes (1919-1978), Catalunya (1912-1991), Victoria (1922-1986), Granados (1940-1990) o Rambla (1932-1967). Más alejado quedaba el Bahía a Ramón y Cajal que pasó de sala de estrenos, a la sesión doble, al arte y ensayo y, de nuevo, a los estrenos, presumiendo, si es que se puede presumir de eso, de ser la única sala en sufrir un incendio. Fue el 1978 cuando se proyectaba El regreso. Todo acabó en un susto.
En el circuito los lugares de cita eran La Rada, la Jijonenca, el Alcázar, el mítico Triunfo, el Cantábrico y sus bígaros, o el Avenida, una reconocida marisquería. A partir de los años 80, se abrieron otras salas, técnicamente mejores y más confortables, pero sin el encanto de las primeras. Bonaire (1991), Xenon Multicines (1980), que llegó a tener una sala X, Lumière (1980) y los Rambla de Clavé (2001). Tampoco queda ya ninguno en activo.