Frederic Godàs, un siglo lejos de Lleida
El fundador del Liceo Escolar lleva desde 1920 enterrado en Francia || Ningún gobierno municipal ha hecho gestión alguna para traerlo a casa
Frederic Godàs i Legido (1879-1920) lleva ya 104 años enterrado en una olvidada tumba en la localidad francesa de Sénaillac-Latronquière, en el corazón del Midi-Pyrénées, sin que ningún gobierno municipal haya hecho gestión alguna para repatriar sus restos hasta su Lleida natal. Tras su muerte producida por una septicemia a causa de una herida en el cuello provocada por el cuello duro de su camisa, el traslado de sus restos mortales se hizo imposible por cuestiones económicas. Luego, con la Guerra Civil, fue imposible. Bajo el franquismo, ni plantearlo, pero con la democracia, la Paeria (Siurana, Oronich, Ros, Pueyo ni Larrosa) movieron, ni han movido ficha para que el fundador del Liceo Escolar pueda descansar en paz entre los suyos.
Godàs, innovador maestro, siguiendo las líneas marcadas por Ferrer y Guàrdia se propuso crear un colegio apartándose de las líneas docentes más tradicionales. En el número 22 del carrer Cavallers abrió su primer centro, con un único alumno. Luego se trasladó al 42 de la misma calle, ya con 50 matriculados, y en 1913 inauguró en Blondel el Liceo Escolar, que en su época de esplendor alcanzó los 500 alumnos. Se trataba de un edificio de tres pisos con un ala central y dos de laterales. En la fachada figuraban los nombres de ilustres docentes como Rousseau, Fröbel, Spencer, Montesino, Vives y Ramon Llull, y por encima de todos, el pedagogo suizo Pestalozzi, inspirador de su pedagogía docente que no era otra que las clases mixtas, potenciar las actividades culturales como la música, la pintura o el teatro; la actividad física (compró en Balmes un terreno donde después se alzaría la pista Cervantes), las excursiones y los intercambios con otros centros. Sin embargo, en 1920 su obra se truncó durante un viaje a Noruega para estudiar nuevas líneas pedagógicas. La herida le hizo detenerse en Sénaillac, en casa de un maestro amigo suyo, donde acabaría falleciendo. Diecisiete años después, en 1937, las bombas fascistas acabarían con su sueño.
Lleida TV fue el primer medio en poder filmar la tumba de Godàs para el documental El braç de les fúries.