Empieza la reapertura de plantas de purines y sus dueños buscan ‘blindarlas’ ante recortes

La planta de purines de Miralcamp empezó ayer a recibir deyecciones y se convirtió en la primera de las cuatro de Lleida que reabre después de tres años cerradas por recortes del Estado a la cogeneración y las energías renovables. Esta reapertura llega mientras los propietarios del complejo de Alcarràs plantean hacerlo a finales de este año y los de los dos de Juneda, a principios de 2017. Sin embargo, esto no significa volver a la situación previa a su clausura, en febrero de 2013.

Todas las plantas leridanas han cambiado de manos en el último año, y sus nuevos propietarios buscan “blindarlas” frente a posibles escenarios adversos en el futuro. El Supremo obliga al Estado a aumentar las primas por generar electricidad, pero no se sabrá en cuánto suben hasta finales de año. A ello se suma la posibilidad de más recortes o de subidas en el precio del gas que alimenta a los motores de cogeneración en el proceso de secado de los purines.

Para garantizar la continuidad de las plantas una vez abiertas, las empresas trabajan en diversificar sus ingresos mediante la gestión de otros desechos y en reducir costes. En el caso de la planta de Miralcamp, la empresa Audax Green proyecta incorporar el tratamiento de unas 10.000 toneladas anuales de residuos orgánicos procedentes de mataderos y empresas agroalimentarias, una actividad que ya tienen autorizada. Con ello esperan aumentar la producción de biogás desde el 3% de la generación total de energía en 2013 hasta un 10%, y reducir así el consumo de gas natural.

Por su parte, la agrupación de ganaderos de Les Garrigues, dueña en Juneda de Tracjusa y Vag, cree que las plantas solo podrán funcionar como lo hicieron hasta 2013 “de forma temporal”. El presidente, Eduard Cau, explicó que “hay una coyuntura favorable para tratar purines gracias a un precio del gas bajo, pero no creemos que este modelo persista a largo plazo”. Por ello, trabajan en el proyecto para tratar en Tracjusa tanto purines como basura de Les Garrigues, El Pla y Barcelona. Cabe recordar que esta iniciativa ha chocado con la oposición de Ipcena y otras entidades ecologistas.

En cuanto a la planta de Alcarràs, la empresa propietaria, Ignis, ha iniciado contactos con antiguos trabajadores y con la empresa que trasladaba los purines al complejo para abrir a partir de noviembre. Fuentes municipales indicaron que los propietarios plantean incorporar tecnologías más eficientes que las actuales tras reabrirla.

Los ganaderos han adoptado otros medios de gestión en los últimos años La reapertura de las plantas de purines llega cuando alrededor de medio millar de ganaderos de El Pla, Les Garrigues y el Segrià que se encontraron en 2013 sin estas instalaciones para gestionar los excedentes de sus granjas han adoptado otros métodos para hacerlo. Desde que cerraron las plantas, numerosas explotaciones han aumentado su capacidad de almacenar deyecciones, han incorporado tratamientos en las propias explotaciones y han extendido el radio de aplicación en cultivos. Sin embargo, el responsable del sector porcino de Unió de Pagesos (UP), Rossend Saltiveri, se mostró satisfecho de la puesta en marcha de la planta de Miralcamp y los proyectos para abrir las demás, al considerar que “tendremos un elemento más para gestionar los excedentes de purines” en las zonas de mayor densidad de granjas y en las épocas del año en que se restringe la aplicación de purines como fertilizante. La reapertura de las plantas de purines llega cuando alrededor de medio millar de ganaderos de El Pla, Les Garrigues y el Segrià que se encontraron en 2013 sin estas instalaciones para gestionar los excedentes de sus granjas han adoptado otros métodos para hacerlo. Desde que cerraron las plantas, numerosas explotaciones han aumentado su capacidad de almacenar deyecciones, han incorporado tratamientos en las propias explotaciones y han extendido el radio de aplicación en cultivos. Sin embargo, el responsable del sector porcino de Unió de Pagesos (UP), Rossend Saltiveri, se mostró satisfecho de la puesta en marcha de la planta de Miralcamp y los proyectos para abrir las demás, al considerar que “tendremos un elemento más para gestionar los excedentes de purines” en las zonas de mayor densidad de granjas y en las épocas del año en que se restringe la aplicación de purines como fertilizante.