Balaguer achaca el daño de la riada a una mala gestión del agua pluvial

El consistorio de Balaguer atribuye el daño de la riada del pasado viernes a una mala gestión del agua pluvial de la zona alta de la ciudad, además de la orografía y a las fuertes pendientes que posibilitaron que el agua bajara de manera torrencial por las calles del centro histórico. Según el alcalde, Jordi Ignasi Vidal, los distintos barrancos de los barrios del Secà y Firal (el de la Creu, Muralla, Ponent y Giradeta) confluyen en la plaza Mercadal, excepto el barranco del Torrent que fue canalizado con el pla de Barris. “Deberíamos gestionar mejor la distribución del agua pero no se puede arreglar ni con uno ni con diez años. Hablamos de pendientes y canalizaciones, pero ello no significa que no debamos actuar para minimizar posibles daños futuros, es evidente que algo falla”. Asimismo, apuntó que una situación excepcional como la del viernes no debe obligar a tomar medidas urgentes inasumibles. Vidal señaló que tanto empresas como particulares deben iniciar los trámites para peritar todo lo que esté bajo el amparo de un seguro. A partir de aquí, el consistorio estudiará si existe una vía para ayudar a estas personas, “más aún si se genera una situación de emergencia social sobrevenida por las inundaciones, que entonces actuaremos a través de la Mesa de Emergencia”. Aseguró no tener aún una cifra de afectados y que esta será difícil de conseguir porque la mayoría “optarán por la vía de los seguros para arreglar sus daños”. Una vez cuantificadas todas las afectaciones se analizará qué hay de extraordinario y qué podría evaluarse como “catástrofe” para pedir ayudas. El equipamiento que tiene más daños es la piscina cubierta que no abrirá en 15 días.

Por otra parte, el pedrisco que cayó en la zona del Baix Segre el viernes por la tarde afectó a un total de 2.720 hectáreas de cultivos de distintos municipos como Llardecans, Aitona, Seròs, Massalcoreig, Torrebesses y Sarroca de Lleida. La tarde del domingo otra tormenta acompañada de piedra afectó a un total de 723 hectáreas de la comarca de l’Urgell, en los municipios de Sant Martí de Riucorb, Omells de Na Gaia, Maldà i Vallbona de les Monges.