CONFLICTO GANADERÍA
Denuncian desamparo ante el asalto de un rebaño de vacas a sus fincas
Hartos de ahuyentar a las reses descontroladas y por lo que denominan un “robo encubierto” de comida || Arrasan los forrajes que siembran para su ganado
“Estamos hartos de sacar las vacas de nuestras fincas y de que se coman los forrajes de nuestros animales”. Así de contundentes se pronunciaron payeses y ganaderos de La Baronia de Rialb este fin de semana, que denunicaron sentirse desamparados por la Administración tras años de quejas y denuncias porque un rebaño de unas treinta reses campa a sus anchas por las fincas y explotaciones agrícolas del municipio buscando comida. Aseguraron que el titular de los animales “no se preocupa ni hace nada para evitar que salgan de su finca”, apuntaron. Uno de los ganaderos, Josep Bernaus, aseguró que este año ha tenido que comprar forraje para sus ovejas porque las vacas díscolas “han arrasado” su explotación. “Es un robo encubierto y nadie hace nada para evitarlo. Agricultura se ha despreocupado de esta situación y el consistorio no puede hacer más de lo que ya ha hecho”, dijo. Josep Maria Vilella aseguró que la situación es insostenible, “los daños son tangibles y aquí no pasa nada. Ni siquiera sabemos si se han tramitado las más de 20 denuncias que han hecho los Agentes Rurales”. “Las vacas están desatendidas, diga lo que diga Agricultura”. “No entendemos porque no las confiscan y las trasladan”, dijeron. Por su parte, la conselleria aseguró ayer haber hecho todo cuanto está entre en sus competencias, que básicamente es que los animales pasen los test de saneamiento obligatorio. Asimismo, apuntaron que colaborará con el ayuntamiento en lo que haga falta para desencallar esta situación. Los ganaderos afectados no descartaron movilizaciones si no se consigue reconducir la situación. “A nadie le gusta que entren en su casa para arrasar las despensas, a nosotros tampoco”, concluyeron. En un primer momento, se pretendía llevar a las reses a la finca La Devesa de Maials, de la Diputación, pero el presidente, Joan Reñé, sugirió trasladarlas a La Seu.