Las familias de las víctimas de la tragedia de Agramunt exigen depurar responsabilidades

Agramunt rememoró ayer el que es con toda seguridad el día más trágico de su historia reciente, la riada que la madrugada del 3 de noviembre de 2015 causó la muerte de cuatro ancianas al inundarse sus habitaciones situadas en el semisótano del geriátrico Ribera del Sió. Otras cinco residentes lograron sobrevivir porque algunas estaban sujetas a los colchones, que flotaron. Los familiares de las fallecidas han denunciado esta semana (ver SEGRE del martes) que “a fecha de hoy no solo no se han depurado las responsabilidades sino que diversas administraciones públicas, a pesar de haber sido requeridas por el Juzgado de Instrucción de Balaguer para que aportasen el expediente de lo ocurrido, han hecho caso omiso al requerimiento”. Algunas de ellas, como el ayuntamiento de Agramunt y la Agència Catalana de l’Aigua, han asegurado que han facilitado toda la información que les han solicitado. El abogado de las familias de las víctimas, Pompili Roiger, explicó ayer que “hemos presentado una nueva petición ante el juzgado de Balaguer para que todas las admnistraciones aporten sus informes”.

Un año después de la tragedia, nadie ha asumido responsabilidades ni se ha producido dimisión alguna aunque se ha demostrado que hubo una cadena de errores. Nadie previó que las lluvias torrenciales la tarde anterior en la cabecera del Sió (en la Segarra) pudieran provocar una riada de tales dimensiones. Solo había activada una dotación de los bomberos voluntarios de Agramunt, que fueron avisados tarde y mal. Emergencias aseguró que no había recibido avisos pese a que el concejal y exalcalde de Ossó de Sió, Josep Maria Pedró, llamó al 112 a las 3.12 horas de la madrugada. El ayuntamiento, que ha instalado censores en el río para detectar crecidas imprevistas, obligó al geriátrico a clausurar las habitaciones del semisótano. Esta administración recibió el aviso de la inundación a las 4.00 horas, cuando el daño ya no se podía evitar.

No se ha producido dimisión alguna aunque se ha demostrado que hubo una cadena de errores

El consistorio descubrió ayer jueves un monolito en memoria de los damnificados de la riada. En la escultura, situada en el paseo Josep Brufau, los vecinos, en un acto en el que participaron unas 200 personas, depositaron escritos dedicados a la memoria de aquella nefasta jornada. También alumnos y profesores de la escuela de música interpretaron piezas musicales y, finalmente, la profesora Núria Sorribes hizo lectura de un poema. Según explicó el alcalde, Bernat Solé, “ha sido un acto íntimo abierto a la participación de la población, por lo que no había políticos ni representantes institucionales. Estamos unidos en los malos momentos”. Solé reiteró el consistorio facilitó toda la información solicitada.