FERROCARRIL HISTORIA
El tren de la Pobla renace a los 65 años
El tren de La Pobla cumple hoy 65 años en una segunda juventud. Nuevos trenes y un aumento sustancial de los trayectos desde el pasado mes de julio han dejado atrás los tiempos en que parecía que esta línea iba a retirarse sin haber alcanzado siquiera la edad de la jubilación. El 13 de noviembre de 1951 llegó a La Pobla de Segur tras más de cuarenta años de unas obras que se iniciaron en Lleida en 1907 y quedaron interrumpidas durante la Guerra Civil (ver claves). Las vías debían llegar hasta Francia, pero se quedaron en el Pallars Jussà, cuyos habitantes lo han reivindicado y defendido desde entonces como una pieza esencial para el desarrollo de la comarca. Con motivo de este aniversario, un grupo de vecinos le rendirá hoy un peculiar homenaje.
Todos ellos tienen una cosa en común: tienen la misma edad que el tren. Nacieron en 1951, el mismo año en que el ferrocarril llegó a La Pobla de Segur, y lo celebrarán con un viaje en uno de los nuevos convoyes desde esta localidad hasta Lleida. Los organizadores esperan reunir alrededor de una docena de participantes. Para cuando lleguen a Lleida, otro tren en sentido contrario habrá llevado al Pallars Jussà a otro grupo de personas. Se trata de una treintena de personas que participan en un viaje organizado por el patronato de Turismo de la Diputación para captar imágenes de la línea ferroviaria y su entorno y difundirlas a través de la red social Instagram.
Tras años de perder viajeros como consecuencia de los recortes de la Generalitat de 2012, las cifras de los primeros meses con nuevas frecuencias y trenes han repuntado. Sin embargo, Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) se ha mostrado cauta hasta poder determinar si el aumento en el número de viajeros es una tendencia que se consolida con el tiempo o si es solo el fruto de la curiosidad que despiertan los nuevos convoyes fabricados en Suiza. El tijeretazo en plena crisis no fue el único momento en que este tren estuvo en la cuerda floja. En los años ochenta, el Estado se propuso suprimirlo por deficitario y solo un acuerdo para que la Generalitat y la Diputación sufragaran el déficit permitió mantenerlo rodando sobre las vías. Traspasado a la Generalitat el 31 de diciembre de 2004, la promesa de mejoras no se hizo tangible hasta el pasado mes de julio, cuando el tren de La Pobla renació a la edad de jubilarse.