El esquí busca asegurar el relevo generacional tras más de medio siglo de historia en Lleida

El sector del esquí mira al futuro con preocupación, al constatar que el número de esquiadores apenas ha variado en toda Europa desde hace más de una década y que cada vez son menos los jóvenes que se inician en la práctica de este deporte. La Associació Catalana d’Estacions i Activitats de Muntanya (Acem) hizo esta semana un llamamiento a captar nuevos aficionados a la nieve en las escuelas y a favorecer que familias acudan con sus niños a las pistas. Las estaciones buscan así el relevo generacional tras más de medio siglo de historia en el Pirineo de Lleida.

“Cuesta mucho que los jóvenes se incorporen al esquí, y eso es preocupante”, afirmó Joaquim Alsina, director de la patronal del esquí Acem, durante la presentación de la temporada el miércoles en la Diputación. Una advertencia que contrasta con los pronósticos que apuntan a alcanzar este invierno cifras anteriores a la crisis, con la venta de 1,3 millones de forfaits. Más allá de esta previsión favorable a corto plazo, Alsina defendió la necesidad de incorporar a nuevos esquiadores y facilitar que los aficionados puedan seguir calzándose los esquís hasta edades avanzadas.

El programa prevé este año salidas a esquiar para 1.273 escolares de 31 escuelas de las comarcas del Pirineo

Port Ainé ha obtenido la certificación de destinación turística familiar que Espot ya consiguió el año pasado

De hecho, el “reclutamiento” de nuevos esquiadores en las aulas lleva ya dos años en marcha. El programa Esport Blanc Escolar de la Generalitat pasará de organizar salidas de esquí para 851 alumnos de 22 escuelas el invierno pasado a 1.273 escolares de 31 centros del Pirineo durante este temporada de esquí. La Generalitat, que destina este año 282.600 euros a esta iniciativa, espera extenderla a las nueve comarcas de montaña de Catalunya para la campaña 2019-2020. Sin embargo, la Acem pide ir más allá y plantea llevarla a colegios de todo el territorio catalán. Argumenta que, pese a los esfuerzos para buscar visitantes extranjeros, el futuro del sector de la nieve pasa por impulsar el mercado interior.

“La gran mayoría de salidas de esquí se hacen en un radio que no supera los 300 kilómetros”, indicó Alsina. Por su parte, Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) trata de atraer familias a las pistas de Port Ainé y Espot Esquí. La primera ha obtenido este año la certificación como destinación turística familiar que la segunda ya consiguió en 2015.

Espot Esquí celebrará el 17 de diciembre su 50 aniversario, como ya lo hizo Baqueira Beret en el año 2014; mientras que Port Ainé conmemorará el 14 de enero los treinta años desde su inauguración, en 1987, con un homenaje a su fundador, Josep Mesegué.

El negocio del esquí supone un 12,8% del Producto Interior Bruto del turismo en las comarcas de Lleida ya que genera, según la patronal Acem, 214,5 millones de euros de forma directa (una cifra basada en los datos de la pasada temporada de esquí). Además, supone también la creción de 1.500 empleos directos.

El impacto va más alla en las comarcas de montaña donde se asientan las estaciones ya que de forma indirecta el negocio del esquí supone un gasto de 377 millones de euros cada año. De estos, 30,5 millones proceden de la venta directa de forfaits; otros 184 millones son de impacto directo y 163 son inducidos: compras a terceros y servicios de terceros, entre otros. En los municipos y las comarcas donde están emplazadas se cuentan entre las principales empresas generadoras de riqueza y de empleo, aunque la mayoría es estacional.

El estudio de la Acem añade también que por cada euro que un esquiador gasta en el forfait se generan otros 12,37 de gasto directo e indirecto, una cifra por encima de la que se barajaba hace unos años, cuando se hablaba de una proporción de 1/7. Asimismo, por cada persona que se contrata para la gestión de un remonte hay otros cinco empleos indirectos.