COMARCAS
El alud que se tragó Àrreu
La nieve arrasó esta población del Pallars Sobirà y mató a 17 personas la Navidad de 1803
El cineasta Juan Antonio Bayona tituló ‘Lo imposible’ su película sobre el tsunami que arrasó el sudeste asiático el 26 de diciembre de 2004. Doscientos años antes, también pasó lo imposible en el Pirineo. El día de Navidad de 1803 un alud de grandes dimensiones destruyó el pueblo de Àrreu. Murieron 17 personas de un censo de menos de un centenar.
“Defenseu la nostra vida, Mare de Déu de la Neu”. Así reza el estribillo de los Goigs de la Mare de Déu de la Neu de Àrreu, en el Pallars Sobirà. Se cantaban el 5 de agosto ante la ermita románica levantada en honor a esta virgen. Una manera de implorar clemencia para que no se repitiera la tragedia ocurrida el día de Navidad de 1803, cuando un alud de grandes dimensiones arrasó literalmente el pueblo de Àrreu. La avalancha se llevó por delante diez casas y mató a 17 personas de un censo de 88 vecinos. “Fue algo tan grave que se escribió la canción para que el suceso no se olvidara y pasara de generación en generación”, sentencia el presidente del Consell Cultural de les Valls d’Àneu, Ferran Rella. Tragedias como la que ocurrió en los Apeninos el pasado 18 de enero, cuando una avalancha sepultó un hotel y causó una treintena de víctimas mortales, “no son normales pero pueden pasar”, explica el geólogo Pere Oller. En el caso de Italia, el desencadenante fue un terremoto, “pero pueden producirse de forma espontánea” por una sobreacumulación de nieve, o porque el viento que sopla del norte o del noroeste arrastra nieve hacia la vertiente sur. También pueden deberse a un ascenso brusco de la temperatura o “en el 90% de los casos” por la actuación del ser humano. “Pero difícilmente serán avalanchas tan destructoras como la que arrasó Àrreu”, que obligó a reconstruir el pueblo a 150 metros del emplazamiento original. “L’Àrreu a vos consagrava amb vot ses vides i llars quan el poble enderrocava el riu de neu del Montras”, prosiguen los Goigs de la Mare de Déu de les Neus. Significativamente, Tavascan dedica sus fiestas a esta virgen. El primer alud del que se tiene constancia en Catalunya arrasó esta población en el siglo XVI y solo quedó en pie la iglesia. Ramon Copons, en el informe para El risc d’allaus a Catalunya, documenta que el 5 de abril de 1855 se produjo el más mortífero de los aludes registrados en el Pirineo. Murieron 60 personas y se destruyeron 58 casas en Aran. También está documentado que el 7 de abril de 1632 un alud destruyó la iglesia de Senet, en la Alta Ribagorça. Así se dejó escrito en una inscripción cuando se reconstruyó el templo un año después. “Entre el siglo XVI y el XIX se vivió una pequeña edad del hielo y ocurrieron fenómenos que no han vuelto a producirse, lo que no significa que no puedan volver a ocurrir”, advierte Pere Oller. El tsunami de 2004 demostró que Lo imposible de Juan Antonio Bayona fue posible.