Denuncian que hay más animales en mal estado en una granja de Menàrguens donde ya se actuó
La entidad FAADA insta al decomiso de una llama y varios perros y denuncia una agresión del propietario de la finca
La Fundación para el Asesoramiento y Acción en defensa de los Animales (FAADA) ha denunciado a través de un comunicado que hay más animales en mal estado de salud en la finca de Menàrguens (Noguera) donde ya se decomisaron 9 caballos por desnutrición y abandono el pasado 16 de diciembre.
Según explica FAADA, después de la inspección y el decomiso de los caballos, el departamento de Agricultura informó al departamento de Territorio, quien se encarga de la protección de los animales domésticos, de que todavía faltaban animales para rescatar: una llama y cuatro perros. Por lo tanto, se acordó el decomiso de estos animales y se pidió ayuda a la entidad para hacer el decomiso y el traslado el 30 de enero.
La entidad denuncia que fue entonces cuando se produjo la agresión por parte del propietario hacia una de las 6 personas de las tres entidades de protección animal presentes.
FAADA también critica en el comunicado que los técnicos de la sección de protección de animales decidieron echar atrás el decomiso y sólo rescataron a uno de los perros.
La intervención de los técnicos del departamento finalmente consistió en la extracción de sangre a la llama y a dos de los perros, identificó a los animales mediante un chip de forma gratuita, y simplemente pidió al propietario que los alimentara mejor, según la entidad animalista.
Además de la situación de estos animales, otras especies, como un cerdo vietnamita, mostraban síntomas de desnutrición evidentes, infecciones graves e inflamaciones en las extremidades, una de las cabras tenía la pata rota, todos ellos sin recibir el tratamiento y la atención veterinaria que marca la ley. La perra decomisada fue atendida rápidamente por un veterinario que hizo un informe determinando caquexia lesiones dérmicas crónicas en la cabeza, orejas y extremidades, y se le diagnosticó sarna. Los análisis de los caballos retirados en el anterior decomiso también evidenciaban desnutrición, anemia y parasitosis.