INFRAESTRUCTURAS CARRETERAS
Listos los bucles que unen la A-14 y la A-2 y la Lleida-Rosselló, en mayo, según los alcaldes
El frío, la niebla y la humedad impiden todavía aplicar la capa de rodadura hasta que la temperatura se estabilice || Prosiguen los trabajos en Torrefarrera para construir desagües pluviales
Los bucles que conectan la A-14 con la variante norte de Lleida (la A-2) ya están casi listos. Forman parte del tramo de la autovía a Aran entre Lleida y Rosselló que arrastra meses de demora debido a la niebla y el frío de este invierno que impiden extender la capa de rodadura en las calzadas, lo que hace prever que este tramo no podrá inaugurarse hasta mayo o junio, según alcaldes de la zona. La primera previsión de Fomento era estrenar estos 6 kilómetros a finales de año. Sin embargo, para esparcir dicha capa es preciso que haga buen tiempo y la temperatura sea estable, lo que retrasó la fecha hasta abril. Ahora, sin embargo, se pospone casi hasta verano.
Mientras, continúan los trabajos y en Torrefarrera ya se está construyendo el desagüe que llevará el agua de lluvia excedente a un pantano de regadío de 200.000 metros cúbicos. Los regantes de la zona ya están de acuerdo en dejar un margen de reserva a cambio de obras compensatorias. En un principio, el desagüe desembocaba en un barranco natural, pero el ayuntamiento alegó que, en caso de precipitaciones abundantes, inundaría una urbanización próxima. El acuerdo con Fomento contempla que hasta 4 metros cúbicos por segundo se derivarán por el barranco y si se supera este caudal se dirigirá al embalse.
Todos exigen celeridad en la última parte de Almenar a Alfarràs y estarían hechos los 23 kilómetros del Segrià
Por otra parte, el alcalde de Alfarràs, Kleber Esteve, informó que tiene pendiente una reunión con la subdelegada del Gobierno en Lleida, Inma Manso, para pedir que se agilice el calendario de obras del último tramo entre Almenar y Alfarràs cuyo proyecto, según el alcalde, ya está finalizado y pendiente de presupuesto. Todos los alcaldes del Segrià afectados por la autovía (Torrefarrera, Rosselló, Almenar, Alguaire y Alfarràs) coinciden en que estos 23 kilómetros no tienen sentido si no está todo el trayecto hecho (ver desglose). Aseguran que “haber construido primero de los tramos entre Rosselló y Almenar fue ilógico, dejar listo el trayecto de Lleida a Almenar es una pequeña solución y acabarlo hasta Alfarràs está dentro de lo aceptable”. Esta misma reclamación quedó patente en la reunión de alcaldes de los municipios de Lleida y Huesca por los que discurre la N-230 y las respectivas diputaciones en diciembre cuando exigieron a Madrid un impulso para toda la A-14 hasta la frontera con Francia. Aran y la Alta Ribagorça ya exigen un tercer carril en tramos de la N-230 en la montaña para exigir seguridad.
El calvario de las 22 rotondas de la carretera N-230 Alcaldes de Huesca (incluido el presidente de la Diputación, Miguel Gracia, que también es primer edil de Areny), y de Lleida consideran que la actual N-230 entre Alfarràs y Lleida y sus 22 rotondas son un calvario para los conductores por lo que la mayoría de los usuarios de este trayecto buscan desvíos y alternativas puesto que llegar de Alfarràs a Lleida lleva más de media hora, más si el tráfico de camiones es intenso.