DEMOGRAFÍA NATALIDAD
Tarrés, el municipio de Lleida con más niños de menos de 5 años por habitante
Suponen el 8% de sus cien vecinos y 64 localidades leridanas superan la media estatal
Tarrés tenía, a 1 de enero de 2016, ocho niños de menos de cinco años empadronados. Suponían el 8% del total del centenar de vecinos, lo que le convirtió proporcionalmente en el municipio de Lleida con más población de este grupo de edad. Supera la media estatal, algo que también ocurre en otras 63 localidades leridanas.
Ocho vecinos de menos de cinco años empadronados en un censo en el que están registrados un total de un centenar de habitantes. Esta estadística, que representa un 8% de su población, convirtió el pasado 1 de enero de 2016 a Tarrés, en Les Garrigues, en el municipio de la provincia de Lleida con mayor porcentaje de niños de entre cero y cuatro años, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y no solo eso, sino que además esta localidad, situada ya en el límite con la provincia de Tarragona, supera de lejos con esos datos las medias leridana y catalana de población de este grupo de edad (4,91% y 4,93%) y casi duplica la estatal, situada en un 4,67%. De ello tiene la culpa un auténtico baby boom que ha vivido la localidad entre 2011 y 2015 gracias a un grupo de jóvenes que ha decidido quedarse a vivir en el pueblo. “Hacía muchísimo tiempo, yo creo que unos 25 años, que no nacían aquí tantos niños y tan seguidos. Supone unos años de superviviencia para el pueblo que están garantizados”, explica el alcalde de Tarrés, Ramon Maria Arbós. Y eso, en años en los que la desplobación de las zonas rurales está siendo la tónica, es toda una suerte.
Pero no solo Tarrés supera la media. Y es que otras 63 localidades leridanas (de un total de 231) tienen más de un 4,67% de sus habitantes con menos de cinco años. En las posiciones más altas del ránking (que puede haber cambiado durante 2016) destacan municipios tan pequeños como Granyena de Segarra, Esterri de Cardós, Arsèguel o Cava, con entre 57 y 147 vecinos pero con más de un 7% de ellos con entre cero y cuatro años. La otra cara de la moneda son pueblos como Sarroca de Bellera, El Cogul o Fulleda, con ningún niño de estas edades, aunque, al menos en este último municipio, ha nacido una niña durante 2016.
“Esto es vida para el pueblo. Es una generación asegurada” Bruna y Biel Elias (uno y tres años), Arnau Blázquez (cuatro), Lluís Pascual (cuatro), Nil y Ares Arbós (cuatro y dos años) y Aleix Arbós (cuatro) acuden puntualmente a la cita. Hemos quedado con ellos en la arcada del ayuntamiento para conocer a los siete niños que actualmente están empadronados en Tarrés, en Les Garrigues, ya en el límite con la provincia de Tarragona. Ellos siete y otro más que en el último año abandonó el censo municipal convirtieron a esta localidad, a 1 de enero de 2016, en el pueblo con más niños de menos de cinco años por habitante de la provincia de Lleida. “Esto es vida para nosotros. Es una generación asegurada”, afirma el alcalde, Ramon Maria Arbós. Llegan a la cita corriendo por el medio de la calle porque allí, en Tarrés, el peligro es mínimo. “A los niños les da libertad vivir en un sitio así. Con pocos años ya los puedes dejar salir solos a la calle y eso es una tranquilidad para nosotros. Son más autónomos y más felices”, explican al unísono los padres de estos pequeños. Son todo parejas jóvenes en las que al menos uno de los miembros es originario de Tarrés. Y coinciden en que en un pueblo pequeño “los niños se lo pasan bien como antes. Necesitan poco: calle, una pelota y unas piedras”. Y los niños se conocen todos entre ellos. “Están mucho más integrados y eso les hace tener un sentimiento de pertenencia mucho mayor”, apuntan los padres. La mayoría trabajan fuera del pueblo, pero necesitar el coche para ir al puesto de trabajo o llevar al niño al colegio (Tarrés no tiene) no es un impedimiento para ellos. “Coges el coche igual que lo tendrías que hacer si vives en Lleida ciudad. Incluso tardamos menos”, aseguran. En definitiva, calidad de vida que, dicen, no está pagada con dinero. “La gente de ciudad no entiende que aquí, nosotros, pero sobre todo los niños, pueden hacer vida”.