El amigo del cazador de Aspa dice que le dejó el arma por un descuido

Miguel Ángel Fernández, amigo del autor confeso del crimen de Aspa Ismael Rodríguez, tuvo que explicar ayer al juez que instruye el caso por qué Rodríguez estaba en posesión de una escopeta que figuraba a su nombre (y que fue la que utilizó para cometer el doble crimen de dos agentes rurales). Fernández declaró en el juzgado de instrucción número 2 de Lleida acusado de un delito de colaboración necesaria y tenencia ilícita de armas. Según declaraciones del abogado de Fernández, Ignasi Mases, su cliente explicó que Rodríguez y él acudieron a la Guardia Civil para cambiar el nombre de esta escopeta y de dos armas más porque a Rodríguez le caducaba la licencia y que él se quedó con las armas. Añadió que dos días antes del crimen, ambos viajaron juntos al coto de caza de Aspa para reconocer la zona y, a la vuelta a Barcelona, Fernández se dejó el arma en el coche de Rodríguez por un descuido. Según el abogado, Fernández llamó a Rodríguez media hora más tarde para reclamarle el arma, pero este no se la devolvió y dos días después cometió el crimen. La Guardia Civil ha impuesto una sanción económica a Fernández por descuidar el arma. El juez dejó al investigado en libertad sin imponer medidas cautelares. Junto a Fernández, ayer también declararon otros dos cazadores de Barcelona que estaban en el coto de Aspa el día de los hechos y que conocían a Ismael Rodríguez pero no tienen amistad con él. Ambos afirmaron que no vieron el crimen y que encontraron a Rodríguez con sus amigos a las 9.30 horas. Pau Simarro, abogado de las víctimas, afirmó que Fernández “juega al despiste” con su declaración. “Está claro que Fernández protege a Rodríguez con una declaración confusa”, afirmó, y solicitó que se le retire el permiso de armas. Por otra parte, ayer se dio a conocer el audio de la llamada de Ismael Rodríguez al 112 tras disparar a los rurales.