MUNICIPIOS INICIATIVAS
Antiguos vecinos del pueblo anegado de Tragó piden ser enterrados en su cementerio
El ayuntamiento de Os construye más tumbas, 5 vecinos han comprado las suyas y otro la ha reservado || El núcleo quedó inundado bajo las aguas de Santa Ana en 1962 pero se dotó de un nuevo camposanto
Operarios trabajando ayer en la finalización de los nichos de Tragó de Noguera.
Antiguos vecinos de Tragó de Noguera, pueblo anegado bajo las aguas del Noguera Ribagorçana a causa de la construcción de la presa de Santa Ana en 1962, han impulsado la construcción de nuevos nichos en el cementerio local para poder ser enterrados en su pueblo natal. La entidad Amics de Tragó preguntó al ayuntamiento de Os de Balaguer, del que depende el núcleo, la posibilidad de ser enterrados en el camposanto de Tragó, construido para trasladar los restos del antiguo cementerio antes de ser anegado por las aguas de Santa Ana. Francesc Antillach, miembro de la asociación, apuntó ayer que desde entonces (1962) nadie ha sido enterrado en Tragó. Ante la falta de espacio del cementerio y la colaboración del ayuntamiento de Os de Balaguer se ha decidido construir ocho nichos, de los cuales cinco ya han sido comprados y uno reservado, dijo Antillach. Cada nicho cuesta 1.000 euros y las familias que lo deseen pueden hacer la reserva en el ayuntamiento de Os de Balaguer. Estefanía Rufach, alcaldesa de Os de Balaguer, explicó que principalmente la demanda llegó por vecinos mayores que habían vivido en Tragó y que “recuerdan mucho a su pueblo”. Asimismo, aseguró que no se descarta construir más nichos si la demanda aumenta. Por su parte, Josep Prats y Rosa Farré, actualmente vecinos de Alfarràs, también han adquirido ya dos de estos nichos. El matrimonio es originario de Tragó de Noguera y tuvieron que “dejar el pueblo que siempre han añorado”, explicó ayer su yerno. “Cuando supieron que había la posibilidad de ser enterrados allí no lo dudaron ni un instante y quisieron comprar su nicho para descansar en Tragó”.
El ayuntamiento de Os de Balaguer es el encargado de llevar a cabo las obras, que finalizarán esta misma semana, explicó la alcaldesa.
El día 23 de abril, Diada de Sant Jordi, los descendientes de Tragó celebran la Festa Major para recordar el abandono forzoso del pueblo y para reencontrarse antiguos vecinos en torno a las ruinas del monasterio de Vallverd que en 2016 fue declarado bien cultural de interés local (BCIL). Según Antillach, durante estea celebración es probable que los nichos que queden pendientes sean adquiridos, “porque la gente tiene mucha nostalgia de Tragó”, dijo.
