REPORTAJE MEDIO AMBIENTE
La codiciada basura del Segrià
Tras más de un año de concurso para ampliar el vertedero, el consorcio que lo gestiona ultima la adjudicación con cautela ante el temor a litigios || Mientras, avanza en la nueva recogida que debe aplicar sin dilación en octubre, cuando expira la concesión actual que ya no puede prorrogar
Imagen de archivo del vertedero comarcal de Montoliu de Lleida.
El consorcio que integra a la Generalitat, la Paeria de Lleida y el consell completó al fin esta semana la valoración de las ofertas, pero dice no haber decidido aún la ganadora: cada paso se examina con cuidado y cada decisión se toma con cautela, ante el temor a que cualquier error en el proceso desencadene una avalancha de litigios por parte del resto de licitadores. Algo que se ha visto recientemente en otras contrataciones especialmente codiciadas en las comarcas leridanas (ver claves).
El segundo concurso no está convocado aún, pero el consell deberá hacerlo en breve y de forma ineludible. Se trata de la recogida de basura en toda la comarca a excepción de Lleida, Almacelles y Gimenells. Ahora está en manos de FCC, que también gestiona el vertedero y que desde 2012 presta este servicio en el marco de una prórroga que concluirá en octubre. La ley no permite prolongarla más allá.
La nueva concesión implicará también un giro en la gestión de la basura. Supondrá adoptar un nuevo sistema que incorporará recogida puerta a puerta e islas de contenedores, a elección de cada municipio. Ambos métodos se han mostrado capaces de aumentar el reciclaje, pero adoptarlos no es solo cuestión de sensibilidad ambiental: también obedece a motivos económicos. El canon de la UE que penaliza cada tonelada de basura sin separar en los vertederos crece cada año y pasará de los 19 euros actuales a 50 en 2020. Separar desechos, recuperar los que puedan reutilizarse y reducir los que acaban en el vertedero se ha convertido en la única opción para evitar que se disparen los costes de gestión y, con ellos, el recibo de la basura que pagan los vecinos. Sin embargo, surgen voces críticas que temen sobrecostes y cuestionan si el consell ha tomado el rumbo adecuado (ver desgloses).
