REPORTAJE CELEBRACIONES
La desinversión de Johan Cruyff en Lleida
Foradada, en la Noguera, recuerda el proyecto ganadero que el mito del Barça, fallecido hace un año, inició en 1978 con la construcción de una granja de cerdos con las últimas novedas tecnológicas, un negocio que fracasó || Además de económico, su vínculo con Lleida era también deportivo
Johan Cruyff, la estrella del fútbol holandés que revolucionó el juego con sus ideas estéticas y ofensivas, no solo destacó por la transformación que supuso su juego, también por sus negocios fallidos como empresario ganadero. Sí, ganadero y en Lleida, concretamente en el término municipal de Foradada, en la Noguera.
Cruyff adquirió en 1978 un lote mayoritario de las acciones de la sociedad Ganadera Catalana, junto a su entonces manager y mentor, Michel Basllevitch, para levantar una granja de más de 2,000 cerdos para engorde con las últimas innovaciones tecnológicas del momento. Invirtió más de treinta millones de pesetas por los terrenos y gracias a una serie de préstamos bancarios y ayudas diversas de la empresa Grupeco (que ascendieron a 100 millones) comenzó a levantar una de las granjas más adelantadas de Lleida, según explican vecinos de Foradada, que recuerdan perfectamente el proyecto empresarial de Cruyff en el pueblo, puesto que también había algunos empresarios de la comarca que participaron en esta inversión. Los mismos vecinos señalaron que tras iniciar las obras, en las que trabajaban operarios de la zona, también aumentaban las deudas y “los mismos socios de la empresa pedían a Cruyff más inversión para la granja”, explicaron vecinos, “incluso se compraron más fincas anexas para hacer otra granja de cría de conejos”, dijeron.
Ni la una ni la otra llegaron a ser realidad, en 1979 el deportista, cansado de invertir dinero sin ver resultados y “agobiado por las deudas”, inició el camino para liquidar la firma. “De alguna manera fue engañado porque él poco vino por aquí, en cambio se movió mucho dinero. Le hicieron construir una granja que fue una ruina económica”, explicaron. Cruyff finalmente, aconsejado por su suegro, Cos Coster, finiquitó las relaciones económicas y empresariales con Basillevitch, que principalmente se referían al holding Grupeco y Ganadera Catalana en particular. En su momento, Coster acusó a Basillevistch de ser la ruina económica del jugador y le acusó de haber transportado a Suiza diversas cantidades de dinero y de transferencias irregulares de divisas, pertenecientes al futbolista. La trayectoria agropecuaria del jugador coincidió con el final de su paso por la Liga y Cruyff fichó entonces por los Ángeles Azteca de EUA.
La granja de Foradada se fue al garete y pasó a manos de los bancos, que comenzaron a subastar su patrimonio para pagar a los acreedores. Parte de este patrimonio acabó en poder de unos empresarios catalanes, impulsados por el baró de l’Albi, Carles Montoliu, vinculado entonces a negocios del sector agroalimentario, que intentaron relanzar la empresa. Los restos del imperio ganadero de Cruyff también pasaron a ser gestionados por otras firmas como la Cooperativa de Artesa, que la arrendó durante muchos años pero que tampoco consiguió levantar el vuelo. Las naves acabaron en manos del grupo Zeta (familia Asensio) hasta hace cuatro años, que las compró Industrial Ganadera. Uno de los responsables de la actual propietaria de las antiguas naves de Cruyff explicó que la granja estaba en un estado “lamentable”, casi “caótico y de abandono”, y la maleza había empezado a invadir las naves
Ha colaborado en la formación de niños de Lleida con su fundación El viernes se cumplió un año de su muerte y el mundo del fútbol le recordó con distintos actos conmemorativos. El vínculo de Cruyff con Lleida comenzó en noviembre de 1973, cuando jugó con el equipo azulgrana un amistoso en el Camp d’Esports en el que uno de los tantos llevó su firma. A Lleida también vino a jugar al golf, su otra gran pasión, cuando disputó en el campo de Raimat varias ediciones del Trofeo ICG Software. Una vez retirado, Cruyff centró sus esfuerzos en su Fundación “Cruyff Institute” y en mejorar la situación de muchos niños, sobre todo con sus Cruyff Courts, unas pistas de fútbol que han acabado convirtiéndose en mejoras de pistas deportivas de colegios e institutos. Una de ellas está en Mollerussa, que inauguró en junio de 2012.