Desmantelada en Lleida y otras provincias una gran red europea de contrabando de tabaco
Ha sido incautado material valorado en 6 millones
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y las policías de Bulgaria y Rumanía han desmantelado una de las mayores redes de contrabando de tabaco en Europa, nocivo en muchos casos para la salud, y se ha incautado de 1.560.000 cajetillas valoradas en 6 millones de euros.
Se trata de la operación "Mangalica", que se ha saldado con 42 detenidos (30 en España, 11 en Rumanía y 1 en Bulgaria) y 58 registros (18 en España, 38 en Rumanía y 2 en Bulgaria), según han explicado este jueves en rueda de prensa los responsables de la investigación.
Una operación que comenzó en mayo del pasado año al constatar la existencia de una organización criminal internacional que distribuía desde fábricas legales de tabaco, ubicadas en Ucrania, Bulgaria y Grecia, y a través de Rumanía, grandes cantidades de marcas blancas de este producto -hasta 32 diferentes se han detectado- a España, especialmente a Andalucía.
Sin pagar los correspondientes impuestos que el tabaco soporta en nuestro país, con una fiscalidad más alta que en los territorios donde se fabricaba, la red ahora desmantelada contaba con una estructura en Andalucía para la distribución de las cajetillas en domicilios particulares, bazares, locutorios y otras tiendas, muchas de ellas regentadas por árabes y chinos. Es en estos lugares donde el consumidor adquiría las cajetillas por entre 2,5 y 3 euros cada una. Los investigadores calculan que la ganancia del intermediario por cada cajetilla era de medio euro y la del distribuidor de entre 1 y 1,5 euros.
Para dar idea de esos beneficios, el comandante del Grupo de Delincuencia Económica de la UCO ha explicado que una determinada cantidad de contenedores se podía adquirir en origen por entre 130.000 y 200.000 euros y ya en el mercado el valor se elevaba a los 1,5 millones.
Los investigadores han puesto de manifiesto no solo la competencia desleal con los productores y distribuidores legales, sino también el perjuicio para la salud del consumo de un tabaco falsificado muchas veces. Tanto es así, que los miembros de la organización no lo consumían.
La operación ha sido llevada a cabo por la UCO, la Guardia Civil de Almería y las policías rumana y búlgara, con el apoyo de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), y se ha desarrollado de forma simultánea en esos dos países, en todas las provincias andaluzas salvo Jaén y Huelva, Lleida y Tenerife.
Según las pesquisas, la red estaba liderada por rumanos y búlgaros, que contaban con una infraestructura de transporte tan potente que, incluso, otras organizaciones criminales hacían uso de ella para su actividad delictiva.
Desde Rumanía y por carretera llegaba el tabaco camuflado con otras mercancías a España, donde un segundo escalón de la red, despegado en casi toda Andalucía, contaba con una estructura que hacía acopio del tabaco para su posterior distribución a un tercer nivel.
Este tercer escalón estaba formado por personas que vendían a los consumidores desde sus domicilios y por los dueños de bazares, locutorios y otros establecimientos que disponían de coches aparcados en las proximidades de la tienda y cuando llegaba el cliente salían a abrir los vehículos y le vendían el tabaco. De los 30 detenidos en España, 10 son españoles, 14 rumanos, tres marroquíes, dos portugueses y un chino.
Durante los seguimientos, los agentes se percataron de que ningún miembro de la red fumaba ese tabaco y comentaban sobre su "raro" humo y sabor. Precisamente, el responsable de la OLAF ha dicho que las marcas blancas están suponiendo un grave problema en Europa, donde 8 de cada 10 cajetillas incautadas son de esas características, "en un mercado difícil de controlar y muy perjudicial". Alrededor de 300 agentes de la Guardia Civil han participado en la explotación de la operación de forma simultánea en los tres países.