El vendedor del hinchable mortal de Caldes dice que lo compró en el Pla

El hombre que vendió el castillo hinchable a los dueños del restaurante de Caldes de Malavella donde el pasado 7 de mayo murió una niña de seis años tras saltar la atracción por los aires e hirió a otros seis menores declaró este martes ante el juez que compró la atracción en una nave de Mollerussa.

Este testigo, clave para aclarar las causas de la tragedia, aseguró este martes en los juzgados de Santa Coloma de Farners que el hinchable era de segunda mano y lo adquirió nuevo en una empresa de la capital del Pla, aunque no concretó donde.

Uno de los pocos negocios de la comarca dedicados a la venta de este tipo de atracciones aseguró este martes a este diario que no tenían nada que ver con esta operación de compraventa. El vendedor del hinchable también declaró este martes que él mismo había utilizado esta instalación en varias ferias y que había recibido el permiso de varios ayuntamientos sin ningún problema, al disponer de una documentación entregada por los responsables de la empresa de Mollerussa.

Explicó que cuando se desplazó al restaurante de Caldes de Malavella para venderles la atracción les detalló (con demostración incluida) que los anclajes debían de sujetarse por seis puntos cuando, según la investigación, en el momento en el que el castillo hinchable salió volando despedido sólo tenía cerrados dos de ellos y no los diez reglamentarios. Asimismo, aseguró que aconsejó a los dueños evitar usar el hinchable en caso de viento.

El vendedor fue uno de los cuatro testigos que este martes declararon en los juzgados. También lo hicieron una trabajadora del restaurante y dos de los padres presentes en el momento de los hechos. Los dos dueños del restaurante son los únicos investigados por el juez por un delito de homicidio imprudente y seis delitos de lesiones por imprudencia.