INFRAESTRUCTURAS REGADÍO
Veinte balsas del Segarra-Garrigues, en desuso a los cinco años de construirse
Pendientes de implantar el riego en zonas del Segrià, Les Garrigues y La Segarra
Veinte balsas del Segarra-Garrigues están en desuso a los cinco años de construirse, a la espera de que se amplíe la superficie regable. Dependerá de los regantes de cada sector, que deben decidir si se suman al regadío hasta lograr un quorum de al menos un 60%. Los implicados no dudan de que estas balsas irán entrando en servicio progresivamente.
La Generalitat construyó las principales obras de la red de regadío del Segarra-Garrigues durante los años de bonanza, pero a raíz de la crisis en 2008 buena parte de las infraestructuras, especialmente estaciones de impulsión y balsas de almacenamiento, quedaron en desuso. Así siguen cinco años después de su construcción, a la espera de que se amplíe la superficie regable. Esto dependerá de los regantes en cada sector, donde deberá preguntarse uno por uno a los posibles beneficiarios si se suman al regadío y aceptan sufragar las obras de la red hasta lograr un quorum de al menos el 60% de los agricultores. Si no lo hay, no hay obras.
El proyecto, que debe beneficiar a más de 68.000 hectáreas, incluye la construcción de unas 40 balsas de regulación y 17 estaciones de bombeo. El presupuesto de la red secundaria del regadío se elevó a 1.069 millones de euros, si bien algunos informes apuntan un desvío que podría alcanzar el 70 o el 80% del coste final. A estas alturas, al menos una veintena de balsas de riego están inutilizadas y su construcción concluyó hace varios años.
Fuentes vinculadas a la obra y el presidente del canal, Josep Maria Jové, señalaron que se trataría de 18 en los sectores 13, 5, 7, 8, 9.1 y 10, donde el regadío aún no se ha implantado (de las 20 que ahora no están operativas, dos lo estarán a primeros de 2018). Faltan por regar, por ejemplo, las zonas de El Soleràs y L’Albagés, Aitona, Arbeca o Els Plans de Sió y en cada una de ellas hay entre 2 y 3 balsas, señalaron responsables de la comunidad de regantes.
En cambio, sí se riega en parte de las zonas de Oliola y Vilanova de l’Aguda, Agramunt, Guissona, Tàrrega o Castelldans. El agua ya llega a 9.000 hectáreas. Las mismas fuentes señalaron que la superficie de las balsas es de polietileno y a penas se deteriora, mientras que las bombas de las estaciones de impulsión del agua están selladas si no se han estrenado, lo que imposibilita también su deterioro.
En otro orden, la puesta en regadío avanza de forma muy localizada y se promueven sectores divididos para facilitar el consenso de los regantes y el impulso de la obra.