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Revientan 40 casetas de riego en fincas de 4 pueblos del Segrià en una noche
Se llevan programadores, valorados en 2.000 € cada uno, baterías y placas solares
El Segrià fue objeto la madrugada del pasado jueves de una oleada de robos en casetas de riego. Concretamente, los ladrones actuaron en fincas agrícolas de los términos municipales de Montoliu de Lleida, Albatàrrec, Sunyer y Alfés, según han denunciado fuentes de Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC).
Joan Ramon Guiu, miembro de esta entidad, explicó que hay unos 25 agricultores afectados y unas 40 casetas de riego reventadas. “Forzaron las puertas de chapa de las casetas con una pata de cabra y se llevaron programadores de riego, baterías, placas solares y todo lo que encontraron de valor”, afirmó Guiu.
Cada programador tiene un coste de entre 2.000 y 3.000 euros, las placas solares, entre 100 y 150 euros, y las baterías, entre 50 y 60 euros, según Guiu. El portavoz de JARC manifestó el malestar entre los agricultores por la “nula presencia policial” en las fincas y explicó que algunos de los afectados ya han empezado a vigilar sus fincas durante la noche a título personal.
“De momento, no se han organizado como somatén, pero sí están en alerta para proteger sus propiedades”, afirmó. Por su parte, los Mossos d’Esquadra han abierto una investigación y solo tenían denuncias el viernes de los robos en Sunyer, Montoliu y Albatàrrec.
Este verano se han producido otros robos agrícolas. Unos desconocidos arrancaron de cuajo y robaron el pasado julio 55 cipreses de un vivero de Castellserà. Según su propietario, eran árboles que tenían entre uno y dos años, medían entre 50 centímetros y un metro y su valor en el mercado era de 20 euros por ciprés, con lo que los daños ascendieron a más de mil euros.
Fuentes de la policía explicaron que no es habitual, aunque sí han investigado casos de sustracción de frutales. Más frecuentes son los robos de aspersores. En mayo, los Mossos detuvieron a una pareja de Cervera como presuntos autores de la ola de robos de aspersores en Térmens, Vallfogona de Balaguer, Albesa, Preixens, Torres de Segre, Alcarràs, Agramunt, Els Alamús y Bellcaire. Sustrajeron 4.500 euros.
DATOS
- 4 Municipios. Las casetas asaltas son de los términos municipales de Montoliu de Lleida, Albatàrrec, Sunyer y Alfés, según ha denunciado JARC. No se descartan otros pueblos.
- 25 agricu ltores afectados. Son propiedad de 25 agricultores, que se plantean vigilar sus fincas para evitar ser víctimas de nuevos robos. Los Mossos tenían constancia de cinco casos.
- 2.000 euros por programador. Los programadores de riego tienen un coste medio de 2.000 euros mientras que cada placa solar cuesta entre 100 y 150 euros y las baterías, entre 50 y 60 euros.
- 4.500 aspersores. Los Mossos detuvieron en mayo a un pareja acusada de robar 4.500 aspersores en Térmens, Vallfogona, Albesa, Torres de Segre, Alcarràs y Agramunt, entre otros.
las claves
- Balance del año 2016. Ponent registró el año pasado un total de 750 hechos delictivos en el mundo rural, la mayoría robos en fincas y granjas, según el balance de actividad policial de 2016 de los Mossos.
- Grupos de 3-4 personas. Los autores de los robos suelen ser españoles, magrebíes o ciudadanos procedentes de la Europa del este que actúan en grupos de 3 o 4 personas, según el mismo informe.
- ‘Modus operandi’. En cuanto al modus operandi, los Mossos señalan que los ladrones acostumbran a robar en lugares con accesos abiertos o bien fuerzan puertas y ventanas.
- Materiales sustraídos. Los materiales sustraídos más comunes son baterías y programadores de sistemas de riego, chatarra, aspersores, herramientas agrícolas y maquinaria. Pero también hay de frutales y animales.
El ‘WhatsApp’ se ha convertido en una eficaz herramienta de prevención El WhatsApp, por extraño que pueda parecer, se ha convertido en una de las mejores herramientas que tienen los agricultores para vigilar sus fincas. Muchos de ellos, que en los últimos años participaron en somatenes tras las oleadas que se registraron, empezaron a crear grupos de esta aplicación de mensajería para comunicarse. “Es una manera muy efectiva de advertir a los compañeros de que hay la presencia de un vehículo sospechoso”, explicó Manel Ezquerra, del somatén de Alcarràs, uno de los más activos. Su grupo de WhatsApp cuenta con una veintena de agricultores. Otras localidades que también tienen son La Portella y Torres de Segre, por citar dos ejemplos. Además, miembros de estos grupos también están en uno que engloba a la mayoría de poblaciones de la comarca. Sobre la función de los somatenes, Ezquerra afirmó que, si bien las patrullas nocturnas son puntuales, “no queremos dejar de existir porque estamos convencidos de que nuestra presión ha servido como efecto disuasorio y ha evitado muchos robos”. A su vez, lamentó que “todavía hay agricultores que no denuncian los robos que sufren aunque es evidente que se ha producido un descenso en los últimos años”. Los payeses insisten que no solo les importa el valor económico del material sustraído sino el daño que provocan en las explotaciones. Ponen el ejemplo del robo de aspersores. “Se puede llegar a malmeter o perder una cosecha entera”. Una de las mayores reclamaciones de los agricultores fue la de pedir el endurecimiento de las penas para este tipo de robos y que no se contemple solo el valor del material sustraído sino el valor del daño producido como agravante. Lo recoge la reforma del Código Penal que entró en vigor el 1 de julio de 2015 pero aseguran que, de momento, no ha tenido repercusión.