REPORTAJE MEDIO AMBIENTE
El temor a un Caballo de Troya
Proyectos de plantas de compostaje para tratar estiércol y otras deyecciones animales en Ossó de Sió y Alcarràs son objeto de polémica || Los contrarios temen que puedan acoger otros residuos en el futuro, una posibilidad que admite la normativa y tiene antecedentes en Lleida y Catalunya
La licencia de la planta de Ossó la limita a tratar solo deyecciones, mientras que su ubicación en una zona de especial protección de aves (zepa) veta residuos ajenos a las explotaciones del promotor. En cuanto a la de Alcarràs, los ganaderos se han comprometido a llevar solo estiércol bovino y de caballos. Sin embargo, esto no basta para disipar recelos de los opositores.
La lista de residuos compostables es larga. El catálogo de la Generalitat incluye 48, que van desde estiércol y purines hasta desechos de mataderos, de la industria papelera y lodos de depuradora. La autorización de cada planta especifica cuáles entre ellos puede recibir, pero la normativa permite a los propietarios añadir otros a posteriori. Se suele considerar como un cambio “no sustancial” de la actividad y su tramitación es mucho más simple y rápida que la autorización inicial.
Incluir nuevos residuos en la licencia de una planta en servicio es más simple que la autorización inicial
Esto, que ha sucedido ya en Lleida y el resto de Catalunya, azuza la desconfianza ante nuevos proyectos: la lista de residuos autorizada al construir una planta puede no coincidir con los que recibirá en el futuro. Unió de Pagesos ha salido esta semana en defensa del compostaje, pero solo cuando trata deyecciones animales. Reconoce que la diversidad de residuos compostables y la posibilidad de variar la autorización de las plantas puede alentar sospechas incluso sobre proyectos que el sindicato considera intachables.
Manifestaciones, recursos judiciales y negociacionesMayora explicó que “instalaciones de estas características nos condenan a ser un territorio lleno de vertederos y de macrogranjas por el beneficio de un sector que exporta y deja aquí toneladas y toneladas de excrementos”. Refiriéndose a la planta de Ossó, recordó que “la ley prohíbe cualquier instalación similar en un espacio protegido” y añadió que “para nosotros no es justificable que el promotor pidiese el permiso unos pocos días antes que cambiase la normativa”.