Las Fiestas del Pilar de Fraga, en jaque al celebrarse en una zona inundable

Las Fiestas del Pilar están en jaque en Fraga debido a la nueva normativa estatal sobre inundabilidad que entró en vigor el pasado mes de diciembre. Así lo han explicado el ayuntamiento y la Peña Fragatina, entidad organizadora de la celebración que se ha fijado como fecha límite el próximo martes, 4 de septiembre, para que el municipio obtenga el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para instalar más de 200 casetas en la zona del Sotet, como se ha hecho hasta ahora. Se trata de terrenos calificados como inundables.

La Peña Fragatina explicó ayer en un comunicado que esta fecha límite corresponde al plazo a partir del cual deberían poner en marcha la central de compras, preparar la instalación de las casetas y cerrar contratos para actuaciones musicales. “No queremos que ninguna peña gaste dinero en su caseta sin tener garantizado que la podrán montar”, argumentó la entidad, que celebró una asamblea el pasado sábado para informar a sus miembros de esta situación. En los meses anteriores, el consistorio había estudiado ubicaciones alternativas para la celebración, en terrenos próximos a los juzgados y el castillo. Sin embargo, esta opción se descartó por el alto coste de acondicionarla y porque los plazos para ejecutar los trabajos se prolongarían más allá de las fiestas. También se sondearon sin éxito otras alternativas, como que las peñas firmaran un documento que eximiera a las administraciones de responsabilidad en caso de daños materiales si la zona se inundara.

El ayuntamiento, por su parte, celebrará mañana una junta de portavoces para tratar esta cuestión. Cabe recordar que el equipo de gobierno socialista ha pedido una moratoria de dos años en la aplicación del decreto de inundabilidad (ver desglose).

Un nuevo decreto estatal que afecta también a obras y planes en LleidaLa nueva normativa sobre inundabilidad afecta también a la planificación urbanística y la proyectos para nuevos equipamientos en Fraga. Establece las principales restricciones en las zonas de “flujo preferente”, consideradas de máxima peligrosidad porque el caudal tiene mayor velocidad y arrastra objetos a su paso. En ellas se vetan construcciones que puedan obstaculizar el paso de las aguas. Este decreto estatal ha empezado a condicionar ya la planificación urbanística de municipios de Lleida. Agramunt lo contempla ya en una modificación de sus normas urbanísticas que está pendiente de la aprobación de Urbanismo, y también La Granja d’Escarp deberá tenerla en cuenta al elaborar el proyecto de su futura variante.