Los cazadores deberán dejar el arma durante las inspecciones de rurales

El departamento de Agricultura prevé que antes de que finalice el año ya dispondrá de la autorización que debe emitir la Guardia Civil para que los Agentes Rurales puedan llevar defensas extensibles (un modelo parecido a las porras policiales). Esta es una de las medidas que, junto con la de llevar chalecos ligeros y esposas, ha decidido adoptar el Govern tras los trágicos hechos del pasado enero en Aspa, cuando un cazador asesinó a tiros a dos agentes rurales. La consellera de Agricultura, Meritxell Serret, explicó que se está trabajando conjuntamente con la Federació de Caça para elaborar unas nuevas instrucciones a tener en cuenta cuando se hagan las inspecciones. Una de estas medidas será que los cazadores deberán dejar el arma en el suelo mientras estén con los Rurales. Según Serret, estas instrucciones podrían aplicarse en breve.

Como las defensas extensibles son armas, es necesario que la Guardia Civil emita una autorización que se está demorando, por lo que Serret afirmó que “intentaremos superar los problemas administrativos con una orden propia de la conselleria, que será de carácter provisional, mientras no se apruebe el reglamento de armas que se está trabajando”. Serret confió que esta orden “desencalle” el impedimento burocrático y que en las próximas semanas o antes de acabar el año ya tengan el permiso. Automáticamente después, se hará el concurso para adquirir las defensas, los chalecos y las esposas y se distribuirán entre todos los agentes del cuerpo. La distribución de estos elementos va acompañada de un curso de formación de 5 días que ya se ha empezado a celebrar en el Institut de Seguretat Pública de Catalunya.

Renovar una anticuada ley de caza, principal línea de trabajo Serret explicó que la nueva ley de caza será “una de las principales líneas de trabajo para 2018”. En este sentido, recordó que la actual normativa es “preconstitucional”, por lo que se necesita una revisión “profunda”. Serret apostó por promover un “debate sereno” para que el conjunto de la sociedad entienda la necesidad de impulsar esta ley y la concepción que hay que tener de la caza. “Antes era una actividad básicamente de ocio y ahora es necesaria para controlar poblaciones de especies de fauna y equilibrar los ecosistemas”, afirmó. La ley está actualmente en proceso de recogida de propuestas de los diferentes actores sociales. Según Serret, redactar una ley es un “proceso largo”, que puede durar entre uno y dos años” para que esté “bien consensuada”.