SEGRE

DIADA DE 1977 AL 1 DE OCTUBRE

Del Estatut a la soberanía

Se cumplen 40 años de la primera Diada de la democracia, que congregó a un millón y medio de personas en Barcelona y a 20.000 en Lleida || La efeméride coincide con las leyes de “desconexión”

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223182_1.jpgJOSÉ MARIA ALGUERSUARI/LA VANGUARDIA

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En 1977 se celebró la primera Diada democrática desde la Guerra Civil. Un millón y medio de personas reclamaron “llibertat, amnistia, estatut d’autonomia” en el Passeig de Gràcia de Barcelona. También hubo una manifestación en Lleida que movilizó a 20.000 personas. La efeméride coincide con la aprobación de las llamadas leyes de desconexión.

Era casi, casi como en el verso de Miquel Martí i Pol: “Tot està per fer i tot és possible”. La Diada de 1977, hace ahora cuarenta años, fue la primera que se celebró en democracia desde la Guerra Civil. El presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, seguía en el exilio, pero el país vivía “una explosión de alegría, de expectativas ilimitadas”, según la historiadora de la Universidad de Lleida Antonieta Jarne, experta en la Transición. Y aquel 11 de septiembre se notó. Un millón y medio de personas salieron a la calle para pedir “llibertat, amnistia, estatut d’autonomia”. Fue una manifestación unitaria tan multitudinaria que hasta el No-Do la definió como “memorable”, amén de “jubilosa y pacífica”, en la que “las imágenes hablan por sí solas”. El jefe de Fotografía de SEGRE, Lleonard Delshams, la vivió en familia con 21 años. “Me impresionó ver a tanta gente en la calle”, recuerda. “Había muchas senyeres, pero también banderas comunistas” y, sobre todo, le llamó la atención la gran cantidad de personas mayores que participaron en la manifestación. “Hay que tener en cuenta que todavía había un cierto miedo: hacía menos de dos años que había muerto Franco, por eso resultaba tan emotivo ver a aquellos ancianos que habían vivido la guerra salir a la calle a reclamar las libertades que habían perdido”.

Con el tiempo, la Diada se descafeinó. “Cuando se entendió que la Transición fue solo una transacción hubo una gran frustración”, argumenta Jarne (ver más información en el suplemento dominical Lectura). Hubo que esperar más de treinta años años para ver otra manifestación multitudinaria. Fue el 10 de julio de 2010. De nuevo salieron a la calle más de un millón de personas convocadas por Òmnium Cultural bajo el lema Som una nació. Nosaltres decidim en el contexto del recorte del Estatut que hizo el Tribunal Constitucional. Fue la primera de muchas. El Onze de Setembre es, desde entonces, sinónimo de manifestaciones históricas. “Esto no ha pasado de la noche a la mañana”, subraya la historiadora de la UdL. “El descontento ha sido progresivo y creo que no solo Catalunya ha desconectado, sino también España. La sentencia del Tribunal Constitucional marca un antes y un después que convierte el independentismo en un proyecto político mayoritario. A los resultados electorales y a las imágenes de las manifestaciones de las cinco últimas Diades me remito”.

El 11 de septiembre se conmemora la caída de Barcelona en la guerra de Secesión de 1714 (Lleida ya llevaba siete años bajo el dominio de Felipe V, que cerró la Seu Vella y el Estudi General). Para Jarne esta fecha también es un lugar de memoria histórica y, como tal, “es algo vivo que puede evolucionar” y pasar de la reivindicación de los últimos 303 años a otro tipo de conmemoración más festiva si el referéndum del 1 de octubre llega a buen puerto tras la polémica aprobación esta misma semana de la Llei de Transitorietat Jurídica i Fundacional de la República. Todo parece indicar que, como hace 40 años ésta será, de nuevo, una Diada histórica. Otra.

El 11 de Setembre de 1924, durante la dictadura de Primo de Rivera, una gran estelada ondeó sobre el Segre en Lleida. Se tuvo que instalar un cable entre un edificio de la plaza de Sant Francesc y una torre de Cappont para que la bandera quedara sobre el agua. No fue el primer ni el último desafío independentista en plena dictadura. Pere Culleré, de 71 años y de Lleida, da fe de ello. Culleré militaba en el Front Nacional de Catalunya, “que hasta 1968 fue el único partido claramente independentista”, precisa, y participó activamente en la Diada de 1972, en la que se llevó a cabo “una acción importante”. “Hicimos pintadas en casi todas las carreteras. Partiendo de Lleida llegamos a Fraga, la Val d’Aran, Benavarri, La Seu...” Sabían que se la jugaban. El propio Culleré sería arrestado el 28 de octubre de 1973 en Santa Maria Mitjancera de Barcelona junto a otras 112 personas.

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223182_2.jpgJOSÉ MARIA ALGUERSUARI/LA VANGUARDIA

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