Vag vuelve a tratar purines en Juneda y el proyecto de Tracjusa, en su recta final

La planta de secado de purines de Vag vuelve a funcionar a pleno rendimiento en Juneda por primera vez desde su cierre en 2014. Recibe ya 300 metros cúbicos al día, la misma cantidad que trataba hace tres años. Sin embargo, solo recibirá hasta 2019 las primas por generar electricidad mediante cogeneración que la hacen económicamente viable. Para entonces, la agrupación de 160 ganaderos de Les Garrigues propietaria de este complejo y el de Tracjusa (también en Juneda) esperan poner en marcha esta última. Su proyecto, que plantea secar purín mediante gas obtenido de basura urbana, llega a la recta final de su tramitación al someterse a autorización ambiental de la Generalitat.

El proyecto de Tracjusa inició ayer un periodo de información pública de un mes y los promotores esperan obtener la autorización ambiental en el primer trimestre de 2018. Cabe recordar que iniciaron la tramitación el año pasado, pero lo retiraron para introducir correcciones y completar el expediente con documentación requerida por la Generalitat. Esta iniciativa ha chocado con la oposición de una plataforma vecinal y de la asociación ecologista Ipcena (ver desglose).

La restitución de las primas a las plantas de purines a raíz de una sentencia del Tribunal Supremo ha permitido la reapertura del complejo de Miralcamp y el de Vag. En cambio, ha excluido el de Alcarràs y Tracjusa. Los propietarios de esta última buscan con su nuevo proyecto una alternativa que les permita reabrirla sin depender de ayudas a la cogeneración.

La plataforma e Ipcena critican a la Generalitat por retomar el trámiteLa plataforma contraria al proyecto para reabrir Tracjusa y la asociación ecologista Ipcena criticaron ayer que la Generalitat reanude la tramitación, al considerarla contraria a una resolución del Parlament que insta al Govern a “no impulsar” instalaciones de tratamiento de purines que “usen combustión térmica, incluida la gasificación de residuos”. Los opositores equiparan el proyecto a una incineradora, algo que rechazan los promotores y la Agència de Residus de Catalunya, y anunciaron que llevarán a cabo una “campaña de denuncia pública” y presentarán alegaciones para impedir que obtenga la autorización ambiental.