El temporal cierra la Bonaigua y algunas pistas de esquí y tumba árboles en el llano

El primer temporal del invierno llegó ayer a Lleida bautizado como Bruno y dejó unos 30 centímetros de nieve encotas altas del Pirineo y rachas de viento de más de 95 kilómetros por hora en puntos del llano como Alguaire. El vendaval despejó a primera hora y de un plumazo la densa niebla instalada en buena parte de las comarcas del sur desde hacía seis días y se fue intensificando a lo largo de la jornada, durante la cual alcanzó rachas de 85 kilómetros por hora en Raimat (Lleida) y 86 en la Bonaigua (entre el Pallars y Aran). La intensidad de las rachas provocó una veintena de salidas de los Bomberos, la mayoría de ellas en la ciudad de Lleida. En ninguno de los casos hubo personas heridas y, principalmente, se trató de la retirada de árboles caídos y la revisión de fachadas. En el camino de Vallcalent de Lleida, por ejemplo, el viento arrancó de cuajo un pino de grandes dimensiones. Los Bomberos también hicieron salidas en Alcoletge, Les Borges Blanques, Tàrrega y Mollerussa.

El temporal de viento también motivó el cierre de algunas pistas de esquí, especialmente las de cotas altas, por la dificultad de que funcionaran los remontes y la difícil visibilidad en puntos de Espot Esquí, Boí Taüll y Baqueira. A su cierre, la estación aranesa marcaba como esquiables 39 de los 152 kilómetros de pistas señalizadas.

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La nieve comenzó a caer la pasada madrugada y alcanzó cotas bajas (a partir de 600 metros de altitud) en todas las comarcas del Pirineo, incluidas zonas como la Conca de Tremp y La Seu, donde dejó un manto blanco. A lo largo del día, el temporal se intensificó en Aran, Sobirà y Ribagorça y obligó a cortar la circulación en el puerto de la Bonaigua (hacia media tarde) y a usar cadenas en una docena de tramos de carreteras como la N-230, la N-141, la C-13 y la L-500.