PATRIMONIO HISTÓRICO
La Granja recupera su iglesia y otros 3 templos de Ponent esperan obras
Tras terminar los trabajos de rehabilitación de la cubierta para evitar filtraciones || El obispado asume el coste de la reparación y buscará ahora ayudas económicas
La iglesia de Sant Jaume de La Granja volvió a acoger ayer las misas después de estar nueve meses cerrada al público, debido a las obras que se han llevado a cabo para reparar la cubierta del templo. Mientras, las iglesias de Almacelles, Bossòst y la de Sant Romà d’Abella (en Isona) están a la espera de obras de mejora aunque siguen acogiendo oficios religiosos. El obispo de Lleida, Salvador Giménez, visitó ayer La Granja, ofició la misa y explicó que el coste de las obras, que se ascienden a alrededor de 90.000 euros, lo ha pagado el obispado de momento, aunque aseguró que la Diputación les ha “prometido de palabra” ayudas económicas y se mostró confiado en que “la gente del pueblo también ayudará”. En este sentido, apuntó que “siempre hay personas que dicen que como es propiedad del obispado, este tiene que financiarlo todo”, aunque afirmó que la iglesia de Sant Jaume “es propiedad de la gente cristiana de La Granja y ellos son los propietarios y deben cuidarse de que su iglesia esté bien arreglada”. Los feligreses se mostraron “contentos” de poder volver a la iglesia, porque desde el mes de abril celebraban las misas en un local anexo, mientras que los oficios en los que se esperaba una mayor afluencia de público como los entierros se llevaban a cabo en un local cedido por el consistorio (ver desglose).
En este sentido, algunos de los asistentes a la misa de ayer aseguraron que “todos estábamos cohibidos, porque había peligro”. El alcalde, Manel Solé, explicó que “no había un peligro directo” pero las filtraciones que se detectaron “hubieran comportado un problema estructural” a la larga. Asimismo, el primer edil aseguró que no han participado económicamente en estas obras porque el “presupuesto ya es bastante limitado para cubrir las necesidades de nuestros servicios y no podemos llegar a lo que son equipamientos propios del obispado”.
“Hacíamos misa en otros sitios, pero no hay nada como el templo” Los feligreses de La Granja se mostraron ayer “satisfechos” de poder volver a la iglesia y explicaron que nadie nunca se quejó por tener que celebrar las misas en otro espacio “porque era una cosa lógica”, aunque hubo quien confesó que en los últimos oficios se ponía “en un rinconcito, por si acaso”. Asimismo, aseguraron que “las misas las celebrábamos, pero no hay nada como la iglesia”. Al terminar la misa, los vecinos organizaron un aperitivo en el que también participó el obispo, Salvador Giménez, para celebrar la rehabilitación.