SUCESOS BALANCE
Los rurales han sufrido medio centenar de agresiones en Lleida en dos décadas
Siguen sin las medidas de seguridad prometidas un año después del crimen de Aspa
Los agentes rurales destinados a las comarcas de Lleida han sufrido medio centenar de agresiones en las últimas dos décadas, según el recuento de Asparc y CCOO tras el doble crimen de Aspa, del que el domingo se cumplirá un año. Los rurales siguen denunciando que no se están aplicando las medidas de seguridad que les prometieron tras la tragedia.
El domingo se cumplirá un año del asesinato de dos agentes rurales a manos de un cazador sin licencia en el coto de Aspa. Dos muertes que pusieron de manifiesto la falta de seguridad que llevaban años denunciando los agentes medioambientales de la Generalitat, que han documentado casi medio centenar de agresiones en actos de servicio en las comarcas de Ponent en las últimas dos décaddas. A raíz de la tragedia ocurrida el 21 de enero de 2017, la Associació de Professionals d’Agents Rurals de Catalunya (Asparc) y CCOO decidieron recopilar los incidentes. En solo dos meses, recibieron 255, de las que 45 eran en comarcas de Lleida. Son situaciones de diversa índole, desde amenazas de muerte, insultos, agresiones y humillaciones. Casos que, en realidad son muchos más, que hasta ahora han pasado desapercibidos y solo han salido a la luz tras la muerte a tiros de Xavier Ribes y David Iglesias. Según el documento al que ha tenido acceso SEGRE, las agresiones registradas en Lleida van de 1989 a 2017.
La primera de ellas ocurrió en Espot, cuando unos desconodidos incendiaron el vehículo de un agente rural, presidente de una asociación, y pusieron un rebeco recién cazado en el capó. La mayoría de ellas tienen lugar cuando los agentes rurales se enfrentan a cazadores furtivos o sin licencia, casos en los que deben soportar amenazas, insultos, desobediencia, agresiones e incluso intentos de atropello. En el Segrià, un particular fue condenado por permitir que su perro mordiera a un rural durante una inspección. Asimismo, en el Solsonès, una denuncia administrativa tras un control rutinario incluyó insultos sexistas a una agente. Un mes después de los hechos de Aspa, los rurales sorprendieron una pareja cazando sin permiso en El Soleràs. La pareja, con antecedentes, huyó. Incluso ha habido pescadores que han cruzado nadando el río Segre para evitar una inspección y, en otros casos, han amenazado con poner una bomba a los rurales. Son solo unos ejemplos de una larga lista de incidentes.
Las familias inician hoy un nuevo procedimiento contra la Generalitat por “dejación” de funciones
Aunque la mayoría de ellos acabó en condena, muchas otros están pendientes y en algunos casos los autores fueron absueltos por falta de pruebas.
Un año despúes del doble crimen, los siguen denunciando la falta de medidas de seguridad que, según el director general del Cuerpo de Agentes Rurales, Marc Costa, se han visto paralizadas por la aplicación del artículo 155. Sin embargo, los controles de caza han disminuido, entre otras razones, porque los agentes no se sienten seguros. Concretamente, pasaron de las 15.400 actuaciones en 2016 a las 11.300 del año pasado, un descenso del 25% que fue consecuencia del crimen de Aspa.
¿Están tardando demasiado en aplicar las medidas de seguridad prometidas?
Desde la dirección general del cuerpo nos explican que el artículo 155 lo ha paralizado todo, aunque parecer ser que los chalecos antibalas llegarán en breve.
¿Los agentes se sienten seguros cuando salen a hacer controles de caza?
Depende de cada uno, lo que está claro es que las patrullas no hacen inspecciones de caza si los agentes no van con chaleco antibalas y un arma larga.
¿Se podría haber evitado una tragedia como la de Aspa?
Nunca lo sabremos, pero los informes indican que uno de los agentes podría haber respondido de ir con un arma larga. El cazador se lo hubiera pensado dos veces.
Nuevo homenaje el domingo a los dos asesinados El Cuerpo de los Agentes Rurales ha preparado un homenaje para recordar a sus compañeros, Xavier Ribes y David Iglesias, el domingo, día 21, cuando se cumple un año de su muerte a manos de un cazador. El acto comenzará con una misa en recuerdo a los agentes a las 10.30 horas en la iglesia de Aspa. Seguidamente, a las 12.00 horas, la reserva natural de Mas de Melons, en Castelldans, acogerá el homenaje justo en el monolito que se instaló en recuerdo de Xavier y David el año pasado. Mientras continúa la instrucción judicial, las familias de las víctimas, representadas por el abogado Pau Simarro, tienen previsto iniciar hoy el procedimiento para exigir una responsabilidad civil a la Generalitat por “dejación” de sus funciones. Después de que el TSJC archivara la querella criminal contra once altos cargos del Govern, incluidas la consellera Meritxell Serret, las familias insisten en que de haber tenido más instrumentos de defensa, la tragedia podría haberse evitado. “Con las medidas actuales, el cazador habría huido al ver a uno de los agentes armado”, señala Simarro. Según el abogado, la intención es llegar a un acuerdo con la Generalitat para que indemnice a las familias. Se pedirá un aplazo hasta que acabe el juicio, que podría celebrarse este verano. De no aceptarse la reclamación, Simarro afirma que irán al contencioso-administrativo.