MUNICIPIOS DEMOGRAFÍA
Fraga supera la barrera de los 15.000 vecinos, con un 22% de inmigrantes de 59 países
El censo de enero cifra la población en 15.142 personas, lo que obliga a mejorar servicios y equipamientos|| Entre las nacionalidades foráneas destacan búlgaros y rumanos por encima de marroquíes y argelinos
Fraga ha superado por primera vez la barrera de los 15.000 habitantes. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2017 alcanzó los 15.024 vecinos. Según el censo municipal cerrado a finales de este mes de enero esta situación se consolida y la capital del Baix Cinca tiene 15.142 personas empadronadas. Un total de 4.626 viven en el centro histórico, 10.128 en la zona de las Afueras, 250 en el barrio de Miralsot y 138 en la entidad de Litera, según los dados del consistorio. La ciudad se coloca entre Binéfar, con 9.391 empadronados, y Barbastro, con 16.907 (según los datos de 2017). El alcalde, Miguel Luis Lapeña (PSOE), considera que esta tendencia continuará ya que la previsión es que en 2025 llegue a los 20.000 habitantes.
El 22% del padrón lo configuran personas inmigrantes de 59 nacionalidades diferentes. La mayor comunidad es la búlgará (978), seguida de la rumana (922). Si en la década de los noventa eran marroquíes (388 en la actualidad) y argelinos (235) los más numerosos, en los primeros años del nuevo milenio esta posición la han copado los eslavos. A título comparativo, Lleida capital, con 137.000 habitantes, tiene vecinos de hasta 123 países, el doble que Fraga. Sin embargo, la capital del Baix Cinca supera a Guissona, donde la población inmigrante está equiparada con la autóctona y procede de 48 países. Por franjas de edad, el mayor pocentaje se registra en la que va de los 35 a los 59 años con casi 5.000 vecinos, mientras que otras mil personas están entre los 30 y los 34 años. Otras 2.440 se encuentran en los 15 y los 29. Por sexos, hay más hombres, 7.690 varones, que mujeres, 7.452. En 2014 nacieron 157 niños, de los que 50 son inmigrantes; 158 en 2015, de ellos 110 españoles, y otros 171 en 2016, 66 de padres no españoles; con lo que la continuidad de los centros escolares está garantizada, dijo Lapeña.
Este crecimiento vecinal supone nuevos retos para la administración local puesto que requerirá mejores servicios y equipamientos. Lapeña indicó que ya se está revisando el Plan de Ordenación Urbanística para hacer una nueva residencia geriátrica (cerca de 3.400 personas tienen entre 60 y 100 años), entre otras instalaciones y solventar uno de los principales problemas de la localidad, que es la gestión de las zonas en área inundable según la nueva normativa estatal (ver desgloses).
Proyectos pendientes de la cuestión de confianza del alcalde El ayuntamiento tramita la revisión del Plan Urbanístico para adaptar la ciudad a la normativa de inundabilidad del Estado, una cuestión que dejó sin peñas las pasadas fiestas del Pilar al no poderse instalar en el Sotet. Esta normativa es de finales de 2016. También se quiere dotar a la ciudad de un teatro y cine como reclaman los jóvenes en el antiguo edificio del CEICU, impulsar los nuevos riegos y atraer nuevas firmas agroalimentarias, principales sectores de la economía local. Sin embargo, todo esto está pendiente de la cuestión de confianza a la que Lapeña se someterá el próximo jueves 22 al no poder aprobar los presupuestos de este año. El PSOE gobierna en minoría con 7 de los 17 ediles, 6 el PP, uno Cs, uno el PAR, uno Aragón si Puede y otro Compromiso por Fraga.