La agonía del Grupo Sant Isidori

La familia de Voichita está estos días acabando de instalarse en un piso en otro barrio de Mollerussa. Llevaba viviendo en el Sant Isidori desde el 2011 y aunque cree que su piso estaba en buenas condiciones, se ha visto obligada a cambiar. “No hemos tenido mas remedio y sólo hemos tenido dos días”, aseguró. A pesar de todo, considera que el cambio es para bien y que, en general, todo el proceso de cambio ha sido positivo. Hay que destacar que la Agència de l’Habitatge de Catalunya creó una bolsa de 14 viviendas para que se pueda proceder al alojamiento temporal de las familias que dejen su piso y no dispongan aún de una alternativa de vivienda.

Los demás vecinos del grupo, que cuenta con unas 160 viviendas en total, ven su destino incierto. Algunos de ellos aún tienen el firme convencimiento de que no les obligarán a irse, una idea que, tras el desalojo de las 14 familias, cada vez tiene menos fuerza. Ionela hace años que vive en esta zona de Mollerussa y asegura que los vecinos no están bien informados. “Yo pienso que las viviendas se podrían rehabilitar. Y es que hasta hace poco aún se podían comprar pisos. Mi padre adquirió uno de ellos el año pasado y ahora ya ves, ahora no sabemos si nos tendremos que ir o no”.

Los vecinos recibieron el lunes pasado la notícia de que debían abandonar sus vivendas

En general, los vecinos critican que la admistración no frenara la degradación del grupo, que cuenta con un total de 160 viviendas y algunos pisos okupados. También aseguran no entender que el consistorio no utilice parte de las subvenciones del Pla de Barris para recuperar este grupo. Por su parte, el alcalde, Marc Solsona, aseguró que el diálogo con los propietarios ha sido constante y que sí se han buscado soluciones y ayudas “que hubieran sido factibles si hubiera habido una comunidad de vecinos, algo que no se llegó a conseguir”. Tambén remarcó que algunos vecinos ya han pedido voluntariamente cambiar de vivienda.