30 años construyendo comarca

Más de 32.000 vecinos de diecinueve municipios de Lleida celebraron hace hoy treinta años la creación de sus comarcas, el Pla d’Urgell y la Alta Ribagorça. El 16 de marzo de 1988, el Parlament aprobó por unanimidad que se constituyeran estos dos territorios y alcaldes y concejales se desplazaron hasta Barcelona para vivir ese “día histórico”. La actual división de Catalunya en comarcas tiene su origen en un decreto de la Generalitat de 1936, que quedó suprimido por el Franquismo y se recuperó en 1987. No obstante, con la reinstauración de las comarcas, la Alta Ribagorça formaba parte del Jussà, mientras que los municipios del Pla d’Urgell estaban repartidos entre el Ur-gell, el Segrià, la Noguera y Les Garrigues. Después de años de reivindicaciones, el Pla y la Ribagorça, junto con el Pla de l’Estany, se constituyeron como comarca. En la actualidad, en Catalunya hay 41 comarcas (las 37 iniciales según el modelo de Pau Vila, las tres de 1988 y el Moianés, que nació en 2015) y Aran.

En la Alta Ribagorça, “removimos cielo y tierra para conseguirlo”, explicó ayer la primera mujer presidenta del consell de la Alta Ribagorça y también la primera que ocupó la presidencia de una corporación comarcal en Lleida, Josefina Ribé. En el Pla, vecinos y políticos pedían un nuevo territorio por a sus particularidades, sobre todo las relacionadas con el sector agroalimentario. Tras la formación de la comarca, el 27 de julio del 1988 el ayuntamiento de Mollerussa acogió la constitución del con-sell y se escogió a su presidente, el entonces alcalde de Miralcamp, Ramon Pallàs. En la Alta Ribagorça, el primer presidente fue el que era alcalde de El Pont de Suert, Alejandro Rivera.

La Generalitat tiene pendiente una nueva organización territorial, que se centra en las veguerías

Desde su nacimiento, el Pla ha visto crecer su población y en 2002 Mollerussa superó los 10.000 habitantes. Entre los hitos de la comarca, cabe destacar la recuperación del Estany d’Ivars, que fue desecado entre el 1945 y el 1951 y que se ha convertido en punto de referencia. Asimismo, la inauguración de la estación de esquí Boí Taüll en 1990 fue uno de los momentos más importantes para la Ribagorça, que es uno de los principales activos de la comarca y genera 200 puestos de trabajo directos. Asimismo, diez años más tarde, el 30 de noviembre del año 2000, las iglesias románicas de La Vall de Boí fueron declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco. El alcalde de la localidad, Joan Perelada, aseguró que “esa noche, en La Vall de Boí no durmió nadie” y afirmó que “fue un día espectacular”. Además, las ‘falles’ también son patrimonio inmaterial.

Actualmente, la Generalitat tiene pendiente de legislar una nueva organización territorial, que se centra en las veguerías, aunque la principal crítica es que supondrían crear un séptimo nivel administrativo entre los consells y diputaciones. En el año 2000, el denominado informe Roca proponía la creación de seis nuevas comarcas.

Dieciséis cohetes en el Pla d’Urgell y fiesta grande en El Pont Hace hoy treinta años, dieciséis cohetes, uno por cada municipio del Pla d’Urgell, comunicaron y festejaron la creación de la comarca. A su estruendo se sumaron los repiques de campanas y las sardanas, con las que los vecinos celebraron la ocasión. En El Pont de Suert, unos 600 vecinos se concentraron en la plaza de la Església, también con cohetes, coca de recapte y cava. Se desplegaron pancartas donde se podía leer ‘Ja som l’Alta Ribagorça’ y la noticia llegó a través de una llamada desde el Parlament a la radio comarcal del entonces alcalde de la localidad, Alejandro Rivera, quien aseguró que “este es un momento inolvidable”.