ENERGÍA RENOVABLES
En marcha el primer molino de viento comunitario
Promovido a partir de participaciones, ya genera electricidad || Con más de 450 socios, de los que al menos 15 son leridanos
El primer molino de viento comunitario, promovido a partir de cientos de participaciones de particulares, entidades y empresas, ha empezado a generar electricidad a pocos kilómetros de la Segarra, en el municipio de Pujalt (Anoia). Se trata de una iniciativa inédita en el campo de las energías renovables en Catalunya y España y también el primer aerogenerador instalado en todo el territorio catalán desde el año 2013. El proyecto, denominado “Viure de l’aire” e impulsado por la sociedad Eolpop SL, tiene hasta la fecha 459 inscritos que han comprometido aportaciones por valor de 2,1 millones de euros. Esto supone cerca del 70% de la inversión, que supera los tres millones. Al menos una quincena de estas participaciones están en manos de leridanos.
El aerogenerador, construido desde hace meses con un crédito de la cooperativa Som Energia, mide 135 metros, una altura superior a la de los numerosos molinos que conforman los parques eólicos de su entorno. Tras meses de tramitación una vez concluidas las obras, la semana pasada obtuvo al fin la última autorización para evacuar la electricidad que produce en la red eléctrica.
Eolpop mantiene abierto el proceso para captar participaciones y ofrece a quienes invierten una participación anual en los ingresos netos por la venta de electricidad, una vez descontados impuestos y costes de mantenimiento, durante los 25 años de vida útil de la instalación. Los promotores lo plantean como un medio para que particulares y empresas generen mediante este molino el equivalente a su consumo energético total y equilibren con ello sus emisiones de dióxido de carbono. También puede suponer un ahorro en las facturas ante el aumento progresivo de las tarifas eléctricas.
Este molino llega tras cinco años de parálisis en el sector de la energía eólica en Catalunya, desde que el Estado suprimió las primas que incentivaban a las energías renovables y estableció, años después, el actual sistema de subastas periódicas para este tipo de proyectos.