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ESNOTICIA

El aumento de la vigilancia policial hace caer un 23% el robo de cobre

El operativo especial de Mossos dedica más de 29.000 horas al año en Lleida en zonas sensibles || Paso al aluminio, más barato, en líneas ferroviarias o telefónicas

Imagen de archivo de un control de los Mossos d’Esquadra en una “deixalleria” de Lleida.

Imagen de archivo de un control de los Mossos d’Esquadra en una “deixalleria” de Lleida.SEGRE

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Hace unos años el robo de metal, sobre todo de cable de cobre, hizo saltar las alarmas y obligó a los Mossos d’Esquadra a establecer dispositivos especiales en las zonas sensibles de la provincia para atajar esta problemática. Una prevención que ha dado sus frutos y que hizo que el año pasado disminuyeran este tipo de robos más de un 23% en Ponent, con cerca de 450 casos. Esta cifra es tres veces inferior a la registrada en 2013, año en el que hubo más robos relacionados con el metal, con más de 1.400. En este sentido, la Policía catalana dedicó más de 29.000 horas en el Programa Operativo Específico contra la delincuencia del metal.

Al respecto, Jordi Fadurdo, subinspector de la Unidad de Investigación de los Mossos d’Esquadra en Lleida, afirma que en 2016 y 2017 se hicieron dos importantes operaciones contra el robo de metal. Uno acabó con la detención de tres personas por sustraer grandes cantidades de cable telefónico en Les Garrigues y, otro, con detenido en L’Hospitalet por robar cable en la vía del AVE Barcelona-Lleida. “La clave para reducir este tipo de delincuencia ha sido el patrullaje en zonas más susceptibles, el control en deixalleries, las inspecciones y la colaboración con los profesionales del sector de la recuperación para evitar ventas ilícitas”, explica Fadurdo. “Sustraer cable de una estación eléctrica o de una línea ferroviaria no es fácil, lo hace gente especializada, por lo que hablamos de grupos preparados y organizados”, resalta. En estos casos, la venta del material ilícito se hace en zonas cercanas a industrias, como el área metropolitana de Barcelona y están detrás grupos organizados de nacionalidad rumana y con cierta especialización. También hay delincuentes del metal a nivel local, sin preparación y actúan por oportunidad. Venden el cable robado en zonas cercanas.

Los grupos organizados venden el cable robado en zonas industriales y el ladrón local, cerca de casa

Para evitar estos robos, Fadurdo asegura que, además de la vigilancia policial, ha ayudado mucho la actuación de las compañías. Las deixalleries informan de cualquier venta sospechosa; las eléctricas han puesto alarmas para alertar de los cortes en las líneas, y las ferroviarias optan por metales más baratos como el aluminio, de menor interés para los ladrones. “Estamos satisfechos, pero no dejaremos de trabajar”, destaca.

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