FAUNA AVES
Ganaderos del Pallars atribuyen dos potros muertos a ataques de buitres
El pasado lunes en pueblos de los municipios de Soriguera y Vall de Cardós || Los propietarios de estos animales denuncian los hechos ante los agentes rurales
Ganaderos del Pallars Sobirà denunciaron el pasado lunes la muerte de dos potros en los municipios de Soriguera y Vall de Cardós, que atribuyen a ataques de buitres cuando los animales todavía estaban vivos. En ambos casos dieron aviso a los agentes rurales, que acudieron al lugar de los hechos a levantar acta. La Generalitat deberá dictaminar si se trata de predaciones a ganado vivo, y solo en este caso los propietarios de los animales muertos podrán recibir indemnizaciones.
Uno de los denunciantes, Àngel Marqués, estaba en Sort cuando un vecino del pueblo de Anàs (Vallde Cardós) le avisó de que una bandada de buitres atacaba a una yegua de su propiedad mientras estaba pariendo. La misma persona que dio el aviso ahuyentó a las aves, pero el potro recién nacido ya había muerto por las heridas. Así lo explicó el hijo de Marqués, que lleva su mismo nombre y que hace dos años denunció un ataque del oso a vacas de su propiedad. “Ya nos sentíamos amenazados por el oso y ahora solo nos faltaban los buitres”, dijo.
En Tornafort (Soriguera), el ganadero Llàtzer Moreno denunció también la muerte de un potro poco después del parto. “Me di cuenta de que pasaba algo cuando vi una bandada de buitres sobrevolando la zona y fuimos al lugar”, explicó. Al llegar, añadió, del potro solo encontró huesos. “Nos perjudican tanto los buitres como los ciervos, corzos y jabalíes que transmiten brucelosis a nuestros animales, en un momento en que además la Generalitat no paga ayudas a la ganadería”, explicó. Moreno no alberga grandes esperanzas de obtener compensación. En 2017 denunció un episodio similar y no recibió indemnización, puesto que la Generalitat no consideró que fuera un ataque de fauna salvaje.
Situaciones similares a esta son objeto polémica desde hace años. Ante los restos de un animal comido por buitres, puede resultar difícil determinar si las aves se alimentaron de un cadáver o bien lo atacaron cuando estaba vivo. UP y ganaderos creen que las indemnizaciones están muy por debajo del número real de predaciones. La administración, que años atrás negaba que aves carroñeras se alimentaran de animales vivos, admite ahora esta posibilidad (ver desglose).