Las comuniones vuelven a la iglesia de Rosselló

La iglesia de Sant Pere de Rosselló volvió ayer a acoger la celebración de las comuniones tras su reapertura el pasado jueves después de estar cerrada durante más de 2 años por el derrumbe del campanario y las obras de rehabilitación (ver SEGRE del viernes). Los familiares de los niños y niñas llenaron el templo y, antes de empezar la ceremonia, algunos recordaban que en años anteriores las comuniones se tuvieron que celebrar en una carpa que se instaló en la plaza de la iglesia al no poder disponer del inmueble. Asimismo, las misas semanales se trasladaron al local social. Los operarios que se encargaban de la pintura de la iglesia tuvieron que aumentar los turnos para poder terminar a tiempo los trabajos para poder oficiar las comuniones en Sant Pere, según explicó el alcalde, Josep Abad.