Aran pide prohibir actividades en el Garona cuando alcance los 80 metros cúbicos

Los alcaldes de Aran acordaron ayer pedir a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) la creación de un protocolo excepcional para prohibir actividades en el Garona cuando este alcance los 80 metros cúbicos de agua por segundo. El síndic, Carlos Barrera, explicó que precisamente ayer, cuando el caudal de río superaba los 95 metros cúbicos se pudo ver a tres personas navegando en kayak por el río a su paso por Bossòst, “algo totalmente arriesgado”, dijo. Acordaron reclamar al organismo de la cuenca las inversiones pendientes de defensa tras la riada de 2013 en los pueblos de Les, Bossòst y Vielha. En el caso de Bossòst, tras la lluvia del lunes y el martes, que se sumó al deshielo, se desbordó ayer el barranco de la Margalida y cortó el Camín Reiau, en dirección a Les. Las Los puntos críticos en este muncipio se centran en un muro de contención en la zona de Camon y en el tramo sur del río en esta población se ha levantado el lecho a consecuencia de la sedimentación. El Conselh pedirá a la CHE que revise los distintos puntos del eje del Garona en el que se produce esta sedimientación. Protección Civil activó la prealerta Inuncat por la crecida del Garona, cuyo caudal subió ayer por encima de los 98 metros cúbicos a su paso por Bossòst. Un volumen que supone tres veces más que el caudal registrado el lunes que fue 33 metros cúbicos. Asimismo, la lluvia de la pasada magrugada en el Pirineo se sumó al deshielo y provocó el desbordamiento del Pallaresa a su paso por Esterri d’Àneu y Escaló inundando fincas próximas al río. En Llavorsí se registró un caudal de 150 metros cúbicos, según el alcalde, Josep Vidal. El alcalde de Esterri, Ramon Villuendas, aseguró que el agua había anegado fincas próximas al río aunque sin causar afectación. Señaló que la gran cantidad de agua ha hecho subir el nivel freático, “que es el que ha causado más daños en el centro inundando algún garaje”. dijo. Mientras, la lluvia de la madrugada del lunes también provocó un desprendimiento de barro y piedras en el Puerto de la Bonaigua (C-28), en el barranco del Hostal del Andreuet, en Alt Àneu, que obligó a dar paso alternativo durante unas horas mientras se limpiaba la vía.