La hostelería prevé un déficit de trescientos trabajadores para la campaña de verano en Lleida

El sector de la hostelería en Lleida prevé un déficit de unos 300 trabajadores para la próxima campaña de verano. El sector está ultimando las contrataciones para los próximos meses, que respecto al año pasado han aumentado un 3%, y confían que en agosto, el mes con más ocupación, se superen los 10.400 trabajadores, de los cuales 1.700 son temporales. El año pasado se superaron los 10.000. Desde la Federación de Hostelería de Lleida, aseguran que será difícil cubrir toda la demanda y habrá problemas para encontrar trabajadores cualificados. El presidente de la Federación de Hostelería, Josep Castellarnau, dijo que no hay una causa sino que son varias. “Lo cierto es que no se aprecia ninguna estrategia para afrontar el reto más importante que tiene el sector encima de la mesa”. La ocupación ha ido creciendo alrededor del 4% en los últimos años, aún así, “este verano faltarán unos 300 trabajadores para atender la campaña”, dijo. Este déficit es un problema endémico de los hosteleros que hace diez años, antes de la crisis, recurrían a trabajadores extranjeros, algo que ahora no es posible. “La mayoría prefieren buscar primero un empleo en cualquier destinación costera”, dijo. El gerente de la entidad, Ramon Solsona, destacó que la carencia de profesionales no se centra solo en la hostelería, hay otros sectores (metalúrgia, transporte o panaderos) que tienen las mismas dificultades, especialmente cuando son trabajos estacionales. Muchos establecimientos de las comarcas de Lleida, tanto del llano como del Pirineo, pasan actualmente por una situación “desesperante” en busca de profesionales. De hecho, cuando la situación económica mejora, la dificultad para encontrar trabajadores también crece y es complicado competir con otras alternativas.

“Buscamos un cocinero con experiencia y está siendo imposible” Los titulares del Bar-Restaurante Lo Quiosc de Tremp explican la dificultad que tienen para encontrar a un cocinero con experiencia que pueda afrontar el día a día del restaurante. Sònia, una de las propietarias, aseguró que no hay continuidad y muchos “quieren trabajar con unas condiciones imposibles”, dijo. “Hemos buscado mucho, incluso en Barcelona pero es preocupante porque no encontramos a nadie. Tampoco a especialistas en hacer cócteles, algo que nos sosprende porque ofrecemos buenas condiciones de horario y sueldo”, dijo Sònia.