El agua de Oliana, bajo sospecha al detectar presencia de grasas y aceites

El departamento de Salud ha recomendado a los vecinos de Oliana no beber ni utilizar para cocinar el agua de boca del municipio mientras investiga la presencia de aceites y grasas en la red del suministro público. La incidencia se detectó tras la queja de un vecino que el 16 de mayo registró un escrito en el ayuntamiento relacionado “con la mala calidad del agua” en el barrio de Sant Sebastià. El consistorio derivó la queja a la empresa Cassa, que se encarga de la gestión del abastecimiento. Fuentes de la compañía explicaron ayer que después de analizar 8 muestras de agua, entre ellas la del pozo de la captación junto al río Segre, “el parámetro de aceites y grasas está muy levemente alterado”, lo que han notificado al servicio de salud pública. Los resultados de las 8 muestras apuntan a niveles de aceites y grasas de entre 0,1 y 0,3 mililitros por litro, una proporción que ven “muy baja para que sea perjudicial”, por lo que lanzaron un mensaje de “tranquilidad”, si bien estudian el origen del residuo”. Descartaron que fuera por “un vertido industrial de hidrocarburo” y apuntaron que “podría ser de origen natural”. El alcalde, Miquel Sala, insistió en que “la medida es preventiva” y que esperan restablecer el servicio en breve. Destacó que Cassa hace analíticas mensuales y que según la normativa el agua es “apta”. La empresa indicó que el Real Decreto 140/2003, sobre criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano “no determina la necesidad de controlar los niveles de aceites y grasas, por lo que nunca antes se había detectado”.