La academia de Talarn forma a más de mil militares al año tras evitar el cierre

La academia de suboficiales de Talarn da formación a más de mil militares al año. El centro, que esquivó el cierre en 2013, ha ganado actividad desde entonces. Al medio millar de aspirantes a sargento de cada promoción, se suman los cursos que se imparten durante todo el año y las maniobras anuales que llevan a cabo esta semana en el Pallars Jussà.

Más de mil militares reciben formación cada año en la academia general básica de suboficiales (AGBS) de Talarn, cinco años después de esquivar el cierre por recortes del ministerio de Defensa. Las promociones de alumnos que aspiran al grado de sargento se han estabilizado entorno a unas 500 personas, que acuden al Pallars Jussà entre los meses de septiembre y diciembre. Sin embargo, cursos durante el resto del año reúnen ya a un número mayor de inscritos, que puede llegar a 800. Así lo explicaron fuentes del centro, que esta semana moviliza a 700 efectivos en el Ejercicio Minerva: las maniobras que preceden a la entrega de despachos a nuevos sargentos.

La academia ha implantado estos cursos de forma progresiva durante los últimos cinco años, después de que la movilización del territorio y las instituciones del Pallars Jussà y del conjunto de Lleida disuadiera a Defensa de clausurar un centro que consideraba infrautilizado. La decisión de mantenerlo abierto coincidió además con la implantación del actual plan de estudios, por el que los alumnos obtienen titulaciones civiles junto con su formación militar.

Unas 400 personas se han inscrito este año en el curso para acceder al grado de brigada, mientras que el de cabo mayor atrae alrededor de un centenar. Unas 40 cursan el de ascenso a suboficial mayor y media docena de cursillos de idiomas suman unos 240 alumnos. Parte de esta formación combina la enseñanza a distancia a través de internet con profesores de Talarn con clases presenciales.

Nadie espera el retorno de las grandes promociones de sargentos que superaban los mil alumnos. La abolición del servicio militar obligatorio dio paso a un ejército con menos personal y más tecnificación y necesidad de formación. Esto último parece alejar futuras amenazas de cierre de la academia, que tiene un fuerte impacto económico en la comarca: emplea a civiles y tiene entre sus proveedores a firmas locales. Asimismo, alumnos y personal alquilan pisos, hacen compras y consumiciones en establecimientos de la zona y contribuyen a sostener servicios públicos.

Preparación frente a contaminación nuclear, biológica y química

Una patrulla con trajes aislantes y máscaras simula haberse expuesto a contaminación radiactiva y acude a una estación de descontaminación. Allí les indican cómo deshacerse de sus ropas de forma segura antes de pasar por el proceso real de limpieza. La preparación ante riesgos nucleares, químicos y biológicos forma parte del Ejercicio Minerva, que moviliza desde el lunes hasta mañana a unos 700 efectivos en la academia de Talarn, Salàs de Pallars y Conca de Dalt. Los protagonistas son el medio millar de alumnos que iniciaron su formación en el Pallars Jussà hace tres años y que, después de cursar sus respectivas especialidades, recibirán el día 9 sus despachos como nuevos sargentos. Las maniobras incluyen 70 vehículos, entre ellos dos helicópteros de la academia de aviación del Ejército de Tierra, creada este mismo año. Los organizadores destacan que no simulan un escenario bélico. En lugar de eso, establecen ejercicios donde los futuros sargentos dan a conocer sus especialidades al resto y ejercitan su liderazgo al frente de grupos.