Memoria viva del Estany

Entre 1948 y 1951 se llevó a cabo, muy a pesar de los vecinos de Ivars i Vila-sana y de la junta central de regantes del Canal d’Urgell, la desecación del Estany, de origen milenario y que durante décadas fue centro neurálgico de la vida social del Pla d’Urgell y comarcas vecinas. En el siglo XIX y primera mitad del XX, fue punto de encuentro de cazadores, aristócratas y políticos como el President Lluís Companys, que llegaban en tren a Bellpuig o Mollerussa y en carro a orillas del estanque para dejarse llevar por barqueros hacia el interior de lago y cazar patos y fotges. Bodas, carreras, citas románticas o auténticas lifaras de arroz de anguilas son algunos de los recuerdos más sentidos por los pocos testigos que quedan vivos de aquellos años de esplendor. Algunas de estas voces han sido recogidas en un documental del periodista Carles Farré (Catarsi Produccions) que se emite hoy en Lleida Televisió y el Canal 33 y que se inspira en parte en el trabajo de investigación sobre los antiguos usos del Estany liderado por Josep Maria Solé i Sabaté, Maribel Pedrol, Toni Costa y Eva Reñé, entre otros. Hubo dos intentos de desecar el Estany y coincidieron con un periodo de dura posguerra y hambruna. El primero fue en 1919, acabada la primera Guerra Mundial, y fracasó por la oposición de la junta de regantes del Canal d’Urgell. El segundo tuvo éxito. Fue liderado por la empresa Locomociones y Transportes SA (LyTSA), que consiguió autorización del Estado y una subvención del 70% de los costes de la desecación. ¿Cuál era la diferencia entre ambos proyectos? ¿Quién estuvo detrás de la aventura de LyTSA? ¿Quién logró doblegar la voluntad de la Sociedad propietaria entonces del Canal d’Urgell y conseguir su respaldo? La Lliga Regionalista y la dictadura de Franco tienen mucho que ver con el proyecto (ver desglose). Durante años se justificó como una iniciativa para sanear la zona, afectada por malaria y paludismo. Pero el farmacéutico Ramon Maria Guiu, que fue alcalde de Ivars d’Urgell y promotor de la recuperación, demostró que fue una justificación para salir del paso y apaciguar la oposición de los visitantes del Estany. En realidad, fueron motivos económicos, aunque todo acabó en fracaso.

Un proyecto de desecación avalado por el franquismo

Joan Ventosa i Calvell, su cuñado Lluís Maria de Despujol y Santiago Cruïlles, yerno del primero, formaron un triángulo que sustentaba a la empresa LyTSA que promovió la desecación. Ventosa i Calvell había sido uno de los fundadores de la Lliga Regionalista junto a Francesc Cambó y diputado durante la restauración. En 1943 fue proclamado procurador a Cortes por designación del dictador Franco, lo que con toda seguridad le facilitó los permisos para la desecación y el logro del 70% de coste subvencionado. El proyecto contó con el beneplácito de la Sociedad Anónima Canal d’Urgell. Los investigadores Esteve Mestre y Ton Solé han identificado recientemente documentación del antiguo canal d’Urgell que aporta datos sobre la connivencia entre la SA Canal d’Urgell (entidad distinta en aquellos años a la junta de regantes) y los promotores de la desecación. Así lo constatan en dos artículos publicados en la revista Miscel·lània d’Estudis. También vinculan el proyecto a miembros de la Lliga Regionalista que más tarde congeniaron con la dictadura.