MUNICIPIOS DESCUBRIMIENTOS
Hallan tres sepulturas de los siglos VII y VIII en la restauración de un horno de Guissona
Son hombres jóvenes y sus cuerpos están encarados hacia la antigua iglesia || Estos esqueletos son los primeros que se descubren en el trazado de la muralla medieval de la localidad, en la calle de la Font
Los trabajos de rehabilitación de un antiguo horno de Guissona, el horno de Ton de les Coques, que estuvo en funcionamiento hasta la década de los años ochenta se ha saldado con el hallazgo de tres sepulturas de la época paleocristiana. Son los cuerpos de tres hombres jóvenes de entre 15 y 25 años cuyos esqueletos están encarados hacia la primitiva iglesia de la localidad. El hecho de estar a más 70 centímetros por debajo de la superficie y a una temperatura muy estable ha hecho que uno de los esqueletos se haya mantenido en muy buen estado de conservación. El horno está situado en la calle de la Font, y al parecer, en la época medieval en este mismo espacio se encontraba un pasaje que comunicaba con la calle Santa Margarita y desde allí con Capdevila, donde estaba ubicado el castillo de Guissona. Si bien se habían localizado esqueletos en el entorno de la primitiva iglesia en las calles Om, Sant Magí y Santa Margarita, esta es la primera vez que se localizan en la calle de la Font, por donde pasaba la antigua muralla medieval de Guissona. Según explicó la antropóloga Tatiana Piza, los cuerpos encontrados serán retirados y estudiados por el sistema del llamado carbono 14, que permite fechar restos orgánicos y fósiles. Todo apunta que las sepulturas datarían entre los siglos VII y VIII. Los esqueletos se hallaron en tumbas de base rectangular excavadas sobre la piedra y cubiertas con teja de cerámica.El propietario del horno, Francesc Rosell, explicó que su objetivo era rehabilitar el espacio manteniendo el antiguo horno de su abuelo Ton, para recordar este espacio histórico de esta localidad de la Segarra. Fue al rebajar la sala del horno, que presentará una pendiente notable después de la restauración de este equipamiento, cuando aparecieron las sepulturas paleocristianas.
Con el declive del imperio romano, la población de Guissona quedó reducida a su mínima expresión. Las piedras de sus edificios más destacados se utilizaron para construir un pequeño pueblo fortificado alrededor de su castillo y una pequeña iglesia. No fue hasta principios del siglo XI con la llegada de Sant Ermengol a Guissona, cuando el municipio volvió a crecer. Y fue entonces cuando se levantó una nueva iglesia de estilo románico, que situó y documentó por primera vez en su acta de consagración todo el territorio del centro y norte de la Segarra. El nuevo templo se mantuvo hasta el siglo XVIII, momento en que se construyó la actual colegiata, muy influenciada por el estilo y las formas del paraninfo y de la fachada de la Universitat de Cervera.
La localidad, rica en patrimonio de época romana La antigua ciudad romana de Guissona, Iesso, es una de las más importantes de la época que se conserva en Catalunya. El parque de Iesso tiene dos hectáreas y buen parte de los restos se encuentran bajo la actual localidad. Iesso llegó a tener 7.500 habitantes y un equipo de arqueólogos ya trabaja ahora en la recuperación de las termas romanas 44 años después de que se iniciaran las excavaciones en esta zona y ya se ha hallado el conducto que repartía el agua a las piscinas (ver SEGRE del jueves).