Toques de difunto por el riesgo de los accesos a pueblos de montaña

Toques de difunto en los campanarios de varios pueblos del Pallars Jussà, del Pallars Sobirà y del Alt Urgell se han ido sucediendo desde el pasado jueves para denunciar la escasas actuaciones de la Administración en las accesos a poblaciones que representan un peligro para los vehículos, así como la falta de servicios básicos. La cadena de repiques la inició Sant Esteve de la Sarga y el viernes continuó Alsamora, núcleo de este municipio y Taús, en Les Valls d’Aguilar, en el Alt Urgell. Mañana lunes está convocado un nuevo toque al mediodía en Baro, en Soriguera, y la previsión es que se vayan uniendo más pueblos con la misma problemática en todo el Pirineo.

El alcalde de Sant Esteve de la Sarga, Jordi Navarra, ha sido el impulsor de esta iniciativa. Desde el pasado mes de abril en el que un desprendimiento de miles de toneladas de rocas causó la muerte a dos personas, los padres del primer edil, Navarra insiste en que las intervenciones para reabrir y consolidar la LV-9124 de Castell de Mur. Han sido insuficientes y todavía este mes se registran desprendimientos de piedras, el último el 8 de agosto, aunque sin causar daños personales.

Por su parte, el alcalde de Soriguera, Josep Ramon Giró, indicó que, además del peligro por los aludes en el acceso a Mencui, también hay riego en las vías de entrada a los núcleos de Les Llagunes y Puigforniu. “No es de recibo llegar a algunos de estos puntos solo sea posible en todoterreno. Con los repiques queremos concienciar tanto a la Diputación, como a la Generalitat y el Estado de que hay un verdadero peligro y que en lo que va de año se han detectado desprendimientos en numerosas vías que hay que asegurar”. También hay que garantizar servicios “porque llegará un día en que, de no actuar, algunos pueblos queden muertos y abandonados”, señaló.