Rechazo unánime del transporte al desvío de la N-240 por el coste que suponen los peajes

Los transportistas abordaron ayer el primer día laborable del desvío obligatorio de camiones de la N-240 a la AP-2 entre Les Borges y El Pla de Santa Maria con indignación unánime por los sobrecostes que supone pagar peaje, algo que la mayoría rechazó. Aunque Trànsit activó la medida el domingo después de que el Consejo de Ministros del 31 de agosto diera luz verde a las bonificaciones, apenas tuvo repercusión ya que coincidió con la restricción que estipula el horario de verano del Govern para el tráfico pesado de 10 de la mañana a 10 de la noche todos los domingos (ver SEGRE de ayer). Dichas bonificaciones son del 42,53% en el peaje de los trayectos que cubren todo el tramo de Les Borges a El Pla de Santa Maria y del 50% en el caso de trayectos inferiores a estas dos salidas de la autopista. Sin embargo, la gran mayoría de los camioneros no las ven como una ventaja sino como un pago añadido por hacer una ruta que antes recorrían gratis por la N-240. Según la patronal Asotrans comportará un coste de unos 400 euros al mes por camión.

“Obligarte a pagar no redunda en el beneficio económico del sector, al contrario, de seguir así, lo acabará ahogando”, indicó Jorge Ginés, de Zaragoza, que ya se vio obligado a cerrar su propia empresa de transportes y ahora trabaja para otras firmas. “Está muy bien sacar a los camiones de las vías peligrosas como la N-240, pero no perjudicando al transporte. Si se quiere evitar accidentes, que se haga, pero con un coste cero y que la compensación sea de un 100% y no de la mitad”, remarcó Jordi Gallardo, quien también mostró su sorpresa ante la falta de intervenciones en el tramo entre Lleida y Les Borges, “de mayor siniestralidad”. Otros conductores tildaron la medida de agravio respecto a otras comunidades autónomas, como por ejemplo Aragón, e incluso de “antidemocrática”. “Habría que pensar en otras alternativas que no siempre recayeran en el transporte”, apuntó un chófer que se dirigía a Reus. Otros conductores expresaron su temor ante la posibilidad de que los sobrecostes puedan repercutir en despidos y la reducción de plantillas en grandes empresas o que aboque al cierre de firmas locales con dos o tres camiones. La secretaria general de la asociación de transportistas de Lleida, Sílvia Llobet, indicó que la posibilidad de despidos es remota puesto que hace falta personal en el sector y exigió un mayor grado de compromiso a la Generalitat para compensar este gasto añadido como lo ha hecho la Diputación General de Aragón para abonar bonificaciones del 75% entre Fraga y Alfajarín y del 100% entre Alfajarín y Pina de Ebro en la AP-2. Llobet remarcó que en ambos casos los desvíos son voluntarios mientras que en Catalunya son obligatorios y la compensación menor.

Por su parte, el Gremio de Transportes y Logística de Catalunya rechazó la prohibición de vehículos pesados por la N-340 (también entró en vigor el domingo 2) y la N-240 a su paso por Peñíscola-L’Hospitalet de l’Infant y Altafulla-Vilafranca y entre Les Borges y Montblanc. Cargó contra el “carácter obligatorio de la iniciativa y aseguró que conllevará “graves y costosos problemas”, además de ser discriminatoria y con ánimo recaudatorio. El pago no supondrá más seguridad, dijo, algo que sí podría conseguirse con la mejora y creación de estacionamientos para camiones en la red viaria. En este mismo sentido, Llobet insistió en que los camiones no han estado involucrados en la mayoría de los accidentes registrados en la N-240.

Trànsit habilitó dispositivos especiales de Mossos para informar de dichos desvíos que se mantendrán hasta que queden totalmente asumidos.