María Dolores Pascual: «Apostamos por los riegos de Peramola con 2,7 millones más»

¿En qué influye en la Confederación del Ebro el nuevo ministerio para la Transición Ecológica?

Le da forma a un proceso de transición ambiental, que consiste en pasar de una consideración del agua como mero recurso económico, que da servicio a otras políticas sectoriales que demandan mucha agua, a un nuevo concepto en el que los organismos de cuenca están totalmente implicados como responsables de su gestión en una concepción ambiental del recurso. El proceso no se hace de un día para otro, pero que (la gestión del agua) vuelva a tener un ministerio específico es una muestra de la nueva dirección.

¿Implicará más exigencia en el buen estado de las aguas?

Vamos en esa línea. Los organismos de cuenca tienen que ser los verdaderos garantes del recurso, no solos, si no de forma integral con otras administraciones de la cuenca. La administración hidráulica debe ser integral. Los organismos deben ser capaces de hacer ver a todas las administraciones y a la sociedad los nuevos retos de la gestión hidráulica. El objetivo de la Directiva Marco del Agua, que al final es lo que todos perseguimos, es ser rigurosos con el control de las presiones sobre el dominio público hidráulico y sobre los ecosistemas fluviales.

El cumplimiento de la DMA es una prioridad. ¿Actualmente en qué punto estamos?

Estamos en la tercera fase del ciclo de planificación de la cuenca, de forma que la revisión de los planes hidrológicos deberá incluir medidas de todas las administraciones para la mejora de las masas de agua. Al final la gestión diaria del organismo es el control sobre las presiones que se ejercen sobre el recurso, que vienen de los vertidos, de las actuaciones en cauce y de las detracciones a través de los expedientes concesionales. El equilibrio siempre es difícil pero hay que lograrlo.

¿Las masas de agua de Lleida pasan el examen?

En general, las masas de agua de Lleida podrían dividirse en dos grandes bloques: las masas que están en el Pirineo, que tienen un estado ecológico muy bueno. Están en la fase pirenaica, y también las de cabecera de los ríos. Y luego está la masa del Segre, que está en un estado “peor que bueno”, según la denominación de la UE. El problema, sobre todo en la zona central de la masa relacionada con el Segre, es la contaminación difusa (purines). Somos conscientes de que ese es el origen del problema.

¿Hay que tomar más medidas?

El control sobre la contaminación difusa es competencia autonómica. Pero la CHE les suministra información para que vean cuáles son las medidas prioritarias.

En la DMA se entra en fase de medidas activas, ¿también en este aspecto?

Se incluirán medidas. Cada una, en función de las competencias en el territorio. Se establecerán medidas por cada masa de agua que busquen la mejora.

¿Con qué calendario?

Ahora habrá un plazo de información pública con los documentos iniciales. Luego se aprueba un documento con los temas importantes de la demarcación y luego habrá un proceso de participación, en el que el ministerio tiene mucho interés. Será para 2020, más o menos.

¿Se han cumplido las medidas de compensación por la construcción del pantano de Rialb?

Para nosotros lo prioritario son los regadíos de Peramola y Oliana, que ahora cuentan con una inversión apra los presupuestosde la CHE muy importante. La Confederación sigue en el territorio. Ahora se ejectua la primera fase del riego, que cuesta 1,5 millones, y está en licitación la segunda fase, que son otros 2,7 o 2,8 millones. Además, colaboramos con el territorio en cuestiones como el consorcio Segre-Rialb y estamos en conversaciones con municipios como Peramola, que quiere recueprar La Clua para usos turísticos.

¿Otro contacto con los regantes de Lleida es el litigio entre el Canalet de Tàrrega y el Segarra-Garrigues. ¿Cuál es el papel de la CHE?

Hay cierto conflicto y nosotros querríamos actuar como árbitros. Sabemos que están en conversaciones y si llegan a un acuerdo lo formalizaríamos a través de una resolución. Si no, tendremos que resolver.

Los presupuestos de la CHE se han visto reducidos, ¿qué previsión hay para 2019?

Hemos sobrevivido a la crisis manteniendo la autonomía financiera incluso asumiendo servicios como el SAIH. En 2019 mantendremos la inversión y la dirección general del Agua está previsto que nos transfiera el importe de los IBI de los embalses, que últimamente asumíamos en la Confederación.

¿Aún se plantea cobrar por dar el servicio de información SAIH?

Se habló y se dejó a un lado, pero es una posibilidad.

En cuanto al decreto de inundabilidad, ¿los afectados han cumplido sus exigencias?

Hay muchos municipios afectados y no todos se han puesto al día. En Lleida el tema se ha centrado en las infraestructuras turísticas cerca del río y se ha clarificado la situación. Se están revisando 50 expedientes y se están haciendo las adaptaciones. Los empresarios se adaptarán al reglamento.

Mujer y abogada, un perfil atípico en la Confederación

María Dolores Pascual (Huesca, 1968) es, además de la primera mujer que preside la CHE, una de las pocas abogadas en ocupar el cargo, tradicionalmente copado por ingenieros. Miembro del cuerpo superior de administradores civiles del Estado, trabaja en la Confederación del Ebro desde 2002 y desde 2013 ha ocupado la secretaría general. En agosto llegó a la presidencia en plena campaña de riegos y con excelentes reservas de agua en los pantanos. Ha cerrado el segundo mejor año hidrológico del siglo para la cuenca.