Un canal con mucha historia

Tener casi más de siglo y medio de historia tiene sus inconvenientes. Sobre todo si se trata de una de las infraestructuras de regadío pioneras del Estado. Es lo que le sucede al Canal d’Urgell, uno de los riegos históricos de Lleida junto con el de Pinyana y el Canal de Aragón y Catalunya, ambos también más que centenarios. En los últimos tres años, la Casa Canal de Mollerussa ha destinado más de 3 millones de euros en los respectivos presupuestos anuales para abordar obras de actualización, reparación y reforma. La más representativa es la que se ejecuta en el túnel de Montclar, entre Artesa de Segre y Agramunt. Construido entre 1853 y 1861, fue durante décadas el más largo de Europa, con 5 kilómetros, y se perforó para que el Principal salvara el obstáculo que suponía la sierra de Montclar. Fue una obra de ingeniería civil que, entonces, se cobró decenas de vidas. Desde enero de 2017 se trabaja dentro para evitar que las filtraciones sigan generando grietas que amenazan su estructura, lo que ha comportado una inversión de 1,2 millones de euros. Quedará igual que cuando se inauguró ya que se ha repuesto todo el sillarejo, que son las pequeñas piedras de igual tamaño que recubren la conducción.

Otra de las grandes inversiones se centra en el recrecimiento del Canal Principal. La actuación se lleva a cabo desde hace más de ocho años ya que las peticiones de agua han aumentado con los años. Dar mayor capacidad a la conducción permite llevar más caudal de agua y garantiza que pueda circular la concesión máxima de 37 metros cúbicos por segundo en un canal construido para solo 33, lo que hace que en momentos puntuales se desborde.

La galería subterránea fue construida entre 1853 y 1861 para atravesar la Sierra de Montclar

Por otra parte, el paso del tiempo o las intensas lluvias de este año provocan desprendimientos y desplazamientos que es preciso controlar. Con este fin, se abordarán las prospecciones en la trinchera de Montsonís, donde se han registrado desplazamientos en el cauce, una intervención que también comportará una inversión millonaria.

La modernización, el principal reto para el futuro La modernización del sistema donde todavía se riega a manta en la mayor parte de las más de 70.000 hectáreas de regadío es el principal reto de la comunidad para los próximos años. El pasado mes de septiembre la colectividad de regantes de Bell-lloc estrenó la primera fase de modernización en unas 400 hectáreas y ya trabaja para hacerlo en otras 500 más con la previsión de añadir 1.300 en los próximos tres años. Sustituir el riego a manta por goteo o aspersión es la principal apuesta de todas las colectividades.