TRIBUNALES JUICIO
“Lloraba y les dije que no, pero ellos dos continuaron violándome. Tenía miedo”
Dice la joven de Vielha, y los acusados son defendidos por el abogado de La Manada
La Audiencia de Lleida juzgó ayer a dos hombres, tío y sobrino, acusados de violar por turnos a una joven en Vielha en agosto del año pasado. Ambos aseguraron que las relaciones fueron consentidas. En cambio, la denunciante aseguró que la forzaron en contra de su voluntad. La Fiscalía solicita sendas condenas de 15 años de prisión.
“Estaba llorando y les decía que no, pero ellos continuaron. No me fui por miedo”. Esto es lo que aseguró ayer ante la Audiencia de Lleida la joven de 21 años que el 16 de agosto del año pasado denunció haber sido violada por dos hombres, tío y sobrino, a la salida de una discoteca de Vielha. Los acusados están representados por Agustín Martínez Becerra, mediáticamente conocido por ser el abogado de cuatro de los cinco miembros de La Manada, un caso con características similares. La Fiscalía solicita sendas condenas de 15 años de cárcel como autores de un delito continuado de agresión sexual. La mujer también relató entre sollozos que, tras ser penetrada por M.A.Z., éste le dijo a su sobrino, J.R.D.: “Ahora tú”. Según el Ministerio Público, el joven también la forzó y le obligó a mantener sexo oral, llegando a vomitar. Declaró protegida por una mampara y con una funcionaria del Servicio de Acompañamiento a la Víctima del Delito.
Los dos acusados, que están en prisión preventiva desde agosto del año pasado, aseguraron que las relaciones sexuales fueron consentidas. “Nos estábamos besando y en ningún momento se negó. Luego nos sorprendió mi sobrino y ella le dijo ‘ven’”, aseguró M.A.Z. Por su parte, J.R.D. afirmó que “yo reconocí las relaciones, no que la violara”. Su abogado, que pide la absolución, afirmó que el relató de la supuesta víctima está lleno de contradicciones, que no hubo ni violencia ni intimidación y que los tres se fueron juntos del lugar.
Los acusados, tío y sobrino, dicen que fue sexo consentido y se enfrentan a 15 años de cárcel
Tras los hechos, la joven acudió al hospital de Vielha, que alertó a los Mossos d’Esquadra de una supuesta agresión sexual. La policía detuvo ese mismo día a los dos supuestos autores. La cabo y el agente que acudieron al centro hospitalario explicaron ante el tribunal que la joven estaba bloqueada, muy afectada y que en todo momento mantuvo que ella se negó a mantener relaciones con los dos hombres.
Los psicólogos describieron a la joven como “muy vulnerable” debido a una situación personal derivada de los abusos sexuales a los que fue víctima por parte de un tío en 2012, que fue condenado, y a un intento de suicidio después de que su pareja la dejara por su físico. Esta situación, según los peritos, le causó “un bloqueo que hizo que ella no supiera enfrentarse a una situación reaccionando proactivamente”. La joven también se autolesionó cuando supo que los psicólogos, que consideran que su relato es “verosímil”, se desplazaban a Vielha para entrevistarse con ella. El juicio quedó visto para sentencia.
Un caso con características similares al de Pamplona El caso de Vielha guarda cierta similitudes con el de La Manada, que tuvo lugar durante los Sanfermines de 2016 y que ha generado un enorme debate social, con campañas como el ‘No es no’. En el caso de Pamplona, los acusados fueron condenados a nueve años de prisión por abusos sexuales continuados pero no de agresión sexual (violación). Todos ellos están en libertad bajo fianza ya que la sentencia no es firme. Precisamente, el miércoles se reunió la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Navarra para la deliberación y fallo de los recursos presentados contra la sentencia de la Audiencia de Navarra. La sentencia podría estar redactada y notificada a las partes aproximadamente en un mes. Tanto la acusación particular como las acusaciones populares, ejercidas por el Gobierno de Navarra y el ayuntamiento de Pamplona, solicitan que los hechos no sean considerados como un abuso sexual, sino como una agresión sexual. Por contra, las defensas de los condenados reclaman su absolución. Todo apunta a que el caso acabará en el Tribunal Supremo.